[RP] Boda Tadeita- Feiniel

Aquel día era una hecatombe en Bétera, todo el castillo estaba patas arriba, por fin había llegado el día más esperado por la Condesa, ¡la boda!, tras años y años de lucha con las autoridades eclesiásticas por fin llegaba el gran día, una guerra santa había hecho falta para que los hilos adecuados pusieran el sello eclesial donde debía... pero claro, todo eran rumores indemostrables que circulaban por los pasillos de la curia y por el último callejón de Bétera...

Ni cuando se iban de Cruzadas había habido desbarajuste como en aquellos últimos días, criados de arriba a abajo adecentando el castillo, preparados para recibir a la familia, que hasta desde Castilla se desplazaría para la Ceremonia... una ceremonia íntima y familiar, que por fin uniría a mi señora la condesa, con su amor de toda la vida... con la gran bodega que tenía el señor, era digno esposo, y contaba con mi total aprobación...

A primera hora de la mañana, con la salida del sol, mis órdenes eran claras y concisas, prohibido pisar una taberna... cumpliendo esa premisa, la siguiente era sencilla... ayudar con las flores de la Catedral... algo sencillo se había pedido, claveles rojos y amarillos como ofrenda al San Jorge de Lydda y decorando todos los altares, excepto el altar mayor donde se oficiaría la ceremonia, flores blancas adornarían aquel lugar.



Mi trabajo, estaba listo, llevaba mi mejor túnica negra con capucha y calzas negras, había sido difícil quitarle el escudo del Vizcondado de Olocau, pero la cocinera, que era muy mañosa lo había hecho a la perfección y casi ni se notaba... aún era pronto para el comienzo de la ceremonia, ni si quiera la guardia de Bétera había tomado posiciones en la Catedral... el cielo estaba oscureciéndose por momentos, unos nubarrones negros se acercaban hacia la Catedral, pero la taberna estaba cerca... y repetía mi nombre... Igooor, Igooor...

La Familia estaba alborotada, era el día de la boda y debían partir hacia Valencia. Cuatro carruajes esperaban a los Jones; más los jinetes de la escolta que sumaban la hueste casi completa. Lirdi intentaba acomodar a la gente en los carruajes: _En el primero iremos Faifolk, Yo y Kuljard; y que Rosaura viaje con las gemelas en el otro carruaje con las nanas. En el segundo irán Valerius, Lady, Elhyta y Eduardo. ¿Estás seguro Olaff que viajarás con la escolta? En el otro carruaje viajarán entonces Ian, Garion y Ethel. ¿Nos estamos olvidando de alguien? A ver gente, cuenten cabezas._ Preguntaba mientras indicaba a los criados dónde acomodar los paquetes de obsequios para la pareja. El rubio pandion viajaría encabezando la escolta.

Al fin luego de muchas idas y venidas partieron desde el Castillo de la Estrella.
Todos iban engalanados con sus mejores ropajes aunque cubiertos con capas de viaje livianas para no llenarse de polvo. Al llegar igualmente se cambiarían los vestidos para estar presentables en la ceremonia.

_Tan magno y esperado acontecimiento merece que estemos impecables_ Comentaba Elhyta a Lady.
_Pues sí que hemos trabajado para eso, Elhy. Bordando y cosiendo nosotras mismas algunos detalles._ respondió Lady mientras se acomodaba sus faldas.

En el primer carruaje Lirdi iba comentando novedades y detalles de los bueyes perdidos en Angria con Faifolk, mientras Kuljar con la mirada perdida en el camino asentía de vez en vez para no pasar por descortés.
En el carruaje de las niñas mejor no contar lo qe pasaba. Tres niñas yendo a una fiesta. Es de imaginarse. En el carruaje de Ian y Ethel, ambos iban contando anécdotas a Garion que escuchaba atento a los relatos.

......

Al fin llegaron al lugar de la boda...y las idas y venidas recomenzaron, aunque con menos nervios. Luego de un buen rato, laaargo rato, todos estaban listos para entrar a la catedral.
_Bueno! ya estamos listos. Entremos familia._ dijo Lirdi a todos y tomándose del brazo de su acompañante Don Faifolk encabezó la entrada de los Jones.

El pelirrojo, o como algunos lo conocían, Barbarroja “el manco”, corría de un lado a otro por cubierta a gran velocidad y daba órdenes a diestro y siniestro.

¡Marineros de agua dulce! ¡Rayos y centellas! ¡Mil millones de demonios! – gritaba acalorado - ¡Recojan la trinqueta! ¡Tensen la jarcia mayor!

Hacía mal tiempo. Fuertes corrientes acercándose a la costa y un duro temporal que anunciaba el invierno en alta mar. Los marineros estaban calados y el pasaje mareado. El sombrero del Capitán chorreaba y la barba le había quedado estirada y revuelta.

¡Botarates! – gritó una vez más - ¡Dejen que porte la mayor! ¡Tiren de la driza con fuerza! - dijo enfadado - ¡Cretinos de las montañas! ¡Salgamos de la galerna! ¡A la costa! ¡Rumbo oeste!

El Capitán se lanzó al timón y apartando al primer oficial tiró con fuerza para cambiar el rumbo. Pero de pronto el vigía gritó desde lo alto.

¡¡Tierra!! ¡Tierra a la vis… - gritó antes de caer por un golpe de viento y quedar colgado de un cabo por el pie.

La niebla era densa en la costa, y estaban demasiado cerca. Más de lo que imaginaban. El capitán entrecerró los ojos hacia la proa.

¡Viento en popa y a toda vela! – gritó Barbarroja - ¡No! ¡Demasiada vela! – gritó histérico - ¡Menos vela! ¡Menos vela! ¡Recojan la mayor!

Varios hombres corrieron a recoger el velamen, que descendió más rápido de lo habitual con el peso del vigía, que seguía colgado de un pie y frenó su caída con la cabeza.

Pronto el barco estuvo demasiado cerca de la costa. Iban a encallar en al playa, pero el Capitán agudizando la vista y giró veloz el timón para entrar en la desembocadura del Turia.
Dieron un fuerte salto tras rozar con el fondo de arena, pero el viento cambió y el cielo se despejó al separarse del mar. Comenzó entonces el ascenso del Turia y empezaron a distinguir algunas casas de Valencia tras los meandros del río.

El Capitán, completamente mojado, una vez en calma, dio nuevas órdenes.

¡Primer Oficial! – ordenó – Tome mi puesto, debo arreglarme para la boda.

Y se retiró al camarote para prepararse. Se vistió con un elegante y lúgubre traje negro, se colocó un sobrero de alas y por último una tupida capa negra de invierno que le cubría los hombros. Aún guardaba luto por su difunta esposa.

De pronto, un movimiento brusco le sacó de su camarote. Corrió hasta el puente.

¡Pero que demonios! – gritó observando como la parte superior del mástil colgaba hacia un lado tras pasar el primer puente de Valencia.
Giró la cabeza para observar el siguiente. Era aún más bajo.

¡Deténganse! ¡Alto! – gritó con fuerza - ¡Recojan todas las velas! ¡Echen el ancla! ¡¡El ancla!!

Los marineros se movieron rápidos viendo como se acercaba el siguiente puente. Estaban muy cerca de embestirlo con el mascarón de proa.
De pronto, un marinero corpulento levantó el pesado ancla y lo lanzó por la borda. El barco se detuvo al instante, pero la fuerza del hombre había sido excesiva. Había clavado el ancla en la ventana de una de las casas del puerto.
Una mujer apareció por la ventana gritando alterada.

Disculpe… - dijo el pelirrojo sin palabras – Espectacular… sin duda… Muy típico de Picassent.

Otro marinero sacó una gran tabla hasta el muelle, bajó corriendo y amarró los cabos al muelle.
Gulf bajó a la bodega y sacó a su corcel, mareado por el temporal. Ambos descendieron por el tablón y Barbarroja galopó hasta la catedral. Una vez allí, un joven le esperaba para recoger el caballo. Desmontó y se lo entregó.

Se colocó a un costado, enfrente de donde los soldados comenzaban a formar a la espera de los novios. A su costado, un hombre bajito y feo, de ojos saltones y dientes amarillos.

¡Hombre Igor! – saludó - ¡Me alegro de verte! ¡Sigues tan f.. sigues como siempre... - terminó disimulando.

Sumamente acelerada y con sus preciosos cabellos negros sin peinar, irrumpió aquella mañana, muy temprano; la Bathory, en el Castillo de Bétera.

- Urraca este es el traje de don Mallister. - Hizo señales con la mano a su fiel María para que entregara las prendas que llevaba cuidadosamente dobladas a lo largo, colgando de ambos brazos.. - A todo esto, buenos días. - Sus refinados modales, esos que le habían granjeado la fama de saludar hasta a los menos favorecidos; habían desaparecido con las prisas. - Decidle al novio que si ve el más mínimo detalle a corregir cuando lo lleve puesto, me mande llamar. - Tuvo que subir la voz a medida que se alejaba. - Estaré en los aposentos de la Condesa...

Y hacia allí partió, llevando ella misma el vestido de la dama, oportunamente cubierto en su totalidad por una tela corriente, manteniéndolo a salvo de miradas curiosas.

- ¡Vamos María! Sí, sí. Ya sé que no estoy presentable como para personarme delante de nobles, pero mujer, es Tadeita. - Tranquilizó a la señora que la miraba con cara de "lo veo y no me lo creo, la Bathory con esas pintas." - Además, primero debe quedar ella perfecta, yo, puedo esperar. Anunciadnos por favor, soy Lulu Bathory y traigo el vestido de la Condesa. - Dijo a los monumentales guardias beteranos, que guardaban la estancia de visitas inoportunas.

flores.... muchas flores habian en aquel hermoso lugar, todo era paz y silencio.
para llevar casi una eternidad en aquel lugar ( porque alli pasa el tiempo mucho mas rapido que abajo) la muchacha aun no podia olvidar a aquellos que habian hecho de su vida los dias mas hermosos de su corta vida.

desde las alturas los observaba y asi se habia enterado que, al fin, sus buenos amigos contraian nupcias, nada era al azar en los designios de Dios, quien en su inmensa sabiduria habia dado el don de la paciencia y la perseverancia a aquellos que el dia de hoy contraian matrimonio.

aun conciente de que los muertos no podian volver a la tierra, la muchacha se dirigio a pedir la autorizacion arriesgando ser enviada al infierno, se enfrentó al guapo San Pedro
pero si no voy a decir nada!!!!
nadie ha vuelto donde los vivos, muchacha
yo no quiero volver alli, aqui esta mi hogar ahora
entonces, a que viene tanta premura por bajar a la tierra???
se casan mis amigos, prometi estar alli, aunque estuviera muerta! que es como estoy - dijo tristemente la muchacha
las promesas de un muerto no valen
las mias valen aun mas alla de la muerte, bajare de todas formas
si bajais, las puertas no se abriran para vos nuevamente
me arriesgare... - dijo a tiempo que corria con su tunica_blanca

bajo de los cielos y cayo sobre su nube que la aguardaba, con ella descendio y llego hasta la residencia de la Condesa.

su amiga como una loca iba y venia de un lado a otro

nadie podria verla, talvez ni siquiera sentirla, pero alli estaria....
no se perderia esa boda ni muerta!!
asi lo habia dicho a su querido pica pica, nadie le quitaria el honor de ver la felicidad que tanto habia costado mantener..., estaria con sus amigos

sonriendo mientras el vestido de tadeita no subia y luego no aflojaba la muchacha se acerco al oido de su amiga y le susurro.
Todo va a salir bien...

eso al menos, la muchacha esperaba

Amanecía en Tortosa un día más. La ciudad, triste y debastada por la guerra, apagada por el odio y el rencor que cada día se hacía más y más pesado para todos sus habitantes, comenzaba a despertar aún sin ganas. La rubia Arostegui sacó los brazos de debajo de las mantas y sintió el frío de la mañana clavarse sobre su piel como agujas. Estiró su cuerpo y se giró en la cama. A su lado estaba su esposo, aún dormía. Le miró con ternura. Era hora de ponerse en marcha, hoy tenían una boda a la que asistir.

Se levantó y comenzó a prepararse. Mientras se lavaba hacía recuento de todas las cosas que debía hacer a lo largo del día.

- Ikerg -dijo en voz alta cuando escuchó, por fin, moverse a su esposo-, hoy es la boda de nuestros queridos amigos valencianos. Apúrate o llegaremos tarde.

Antes de que ella terminara de ponerse su vestido, su esposo ya estaba listo. "Es lo que tiene no necesitar peinarse", pensó Inma reprimiendo una carcajada divertida.

Se acercó a las habitaciones de sus hijos para ver si estaban listos para salir. Por fin la pequeña familia Sabater Arostegui consiguió ponerse en marcha.

Tras el viaje en el carro familiar, viaje un tanto pesado dado que los niños no dejaban de tirarse de los trajes y no paraban de decir cosas como: ¿Cuándo llegamos? ¿Falta mucho? Me aprietan los zapatos..., llegaron a las puertas del lugar. La rubia bajó del vehículo ayudada por los fuertes brazos de su esposo, colocó a sus hijos en fila y les pasó los dedos por el cabello.

- Ahora, a portarse bien que este es un día muy importante para unos buenos amigos.

Astaroth y Cyl llegaron, como era su costumbre, separados. La pelirroja en una cómoda carroza y el de Valdecorneja cabalgando, acompañados por un pequeño grupo de herreruelos del señorío. Los pendones enlutados de Valdecorneja flameaban al viento invernal.


Al llegar frente al templo, el Armiño bajó con presteza, encomendando su caballo a uno de sus hombres y dirigiéndose al carruaje para ayudar a Cyl.

Ya hemos llegado, niña.

Miró alrededor, buscando caras conocidas. Sabía que su prima era madrina, pero suponía que no la vería antes de la ceremonia. Y poco más.

A ver si encontramos a alguien...

Hoy, amanecía por los caminos del reino de las naranjas, La de Urgel habia partido hacia unos días hacía allí para asistir a la boda de aquella que un vez la recogió entre sus muros. La habia conocido hacia mucho tiempo, en la capital valenciana, una tarde de lluvia tras el robo de todas sus pertenecias y se habia sorprendido de la caridad de aquella condesa.

- El condado de Bétera. - suspiró al musitar el nombre. Le traía muy buenos recuerdos ese lugar, un pasado diferente al de ahora, donde fue feliz.

La carreta seguía la misma velocidad que sus pensamientos, lento pero seguro, por aquel camino empedrado hacia la Catedral de Valencia. Observó el paisaje a la vez que cogía una gran bocanada de aire fresco, olía cítrico. Hasta que sintió que la destartalada carreta paró en seco.

Ya habia llegado, por fin se encontraba en las dos veces Leal ciudad de Valencia...

Y bajándose puso los pies en polvorosa y caminó lentamente hacia el interior de la catedral, aun era temprano pero quería aprovechar para realizar sus rezos diarios y si habia suerte saludar al Primado antes del comienzo de la ceremonia.

Lucas nadaba tranquilamente en el lago de denia buscando pescados para cazar y asi darle la comida preferida a su hijita cire cuando recordo de que hoy era la boda de sus amigos tade y fei

se apuro rapidamente a salir del lago y ir corriendo a su casa donde su amada lo esperaba molestica por su tardanza mas hermosa que de costumbre con un bello vestido que la adornaba

apurate lucas o sino llegaremos tarde..

corriendo se mete a la ducha y se limpia en menos de 5 minutos al salir ya vestido con traje encuentra a su amada luchando con su bella hija que andaba queriendo llevar dulces y chocolate a la catedral

se acerca a su hija cire y le dice cire..te tienes que portar bien mira llevate algunos chocolates para el camino...ya abra mucha comida y dulces alli te lo prometo

cuando ve que su amada shika se aleja en busca de su bolso se inclina de nuevo a su hijita y le susurra llevame tambien algunos dulces para mi pero cuidado que tu mami no nos vea

le da un abrazo a su hija y la toma de la mano para ir con ella y su amada hacia la catedral

Ese dia se levanto mas temprano que de costumbre, alisto a si hija Cire, y se puso el vestido que habia enviado a confeccionar para la ocasion. Luego de terminar todos los arreglos para ese dia, se da cuenta de que su amado Lucas no se encuentra en toda la casa, ahi comienza a desesperarse y observa por la ventana que el viene apurado, sale a su encuentro y lo apremia a que se vista rapido:Apurate Lucas o sino llegamos tarde.

Dicho esto, sienta a su niña en el sillon y le da un ultimo vistazo de aprobacion al elegante traje que lucira su amado, minutos despues sale cambiado y perfumado y le dice: Amor pero estas para romper corazones.

Mira como el padre abraza a su hija, y le dice en secreto: Lleva unos chocolates para mi tambien. Se rie y no hace caso al comentario, porque ha entendido que esos dos nunca dejaran de comer tantas golosinas.

Toma de la mano a su nina y del brazo a su amado y le dice: Ya podemos partir, una boda nos espera.

Los invitados, amigos y familiares iban llegando a la Catedral, mientras la novia aún en Bétera, imaginaba que se haría de rogar, y el novio, en paradero desconocido, imaginaba Igor que, saqueando alguna bodega antes del gran momento...

Y miraba la Catedral... Ay qué bonita es la Catedral de Valencia, donde se va a celebrar la ceremonia... pero qué hermosa Dios mío, cómo pudiste darnos esta obra de arte a todos los valencianos.... Va-len-cia repetía....

Asombrado andaba ante la llegada de algunos nobles castellanos... diantres el capitán de la cruzada... bonito pendón... cuando se percató que apoyado en unos de los muros estaba el mismisimo demonio, aquel mercenario que un día se presentó con aires arrogantes y al que casi remata con su cucharón de plata.... ¡rempámpanos! se escondío tras un guardia y le observaba fijamente, no le quitaría el ojo de encima...

Hablaba con Alfonso, gesticulando mucho del nerviosismo, a punto estuvo de darle mas de una vez, pero no parecia darse cuenta

¿Esta todo listo?¿La catedral?¿Han llegado los guardias de la condesa?¿Y los nuestros? -una retaila de preguntas sin tiempo para respirar entre ellas mientras Alfonso lo miraba con impaciencia- Si, si, ya se que deberia calmarme, pero es imposible, cuando te cases lo entenderas

Alfonso lo miro con cara rara mientras negaba con la cabeza y suspiraba

Bueno, ¿has hecho eso o no? -le le volvio a insistir Feiniel- La catedral esta preparada, los soldados de Betera salieron hace un rato y los que me dijistes un poco despues. Ademas la condesa envio a Igor para asegurarse de que todo estaba en orden

Feiniel lo miro casi aterrorizado- ¿Igor? Por Aristoteles, ahora estoy aun mas preocupado... -nego con la cabeza para si. Alfonso le tendio un pellejo de vino para que se calmara- ¡No puedo beber antes de la boda! ¡A saber que podria pasar! -Aun asi cogio el pellejo de vino y bebio un trago largo, devolviendoselo despues a Alfonso- Llevalo donde no lo vea antes de..

Un toque a la puerta lo interrumpi0, Urraca entro en la estancia cargada de ropa- Señor, la dama Bathory dejo esto para vos
Ah, menos mal, a ver... -se acerco a urraca y examino las prendas que portaba en sus brazos- Que maravilla -acaricio la tela- Lulu es una artista

Se volvio hacia Alfonso- Coge un caballo y ve rapido a la catedral, asegurate de que todo esta como debe estar ¿y asegurate de que Igor hace lo que tiene que hacer y no estropea nada! Urraca, tu asegurate de que todo este listo para partir a la Catedral. ¡Y que Tadeita no distraiga a Lulu demasiado! ¡No puedo irme sin la madrina!

Alfonso salio de la sala con el pellejo de vino mientras que Urraca dejaba las ropas estiradas y empezaba a dirigirse hacia la puerta mientras Feiniel empezaba a cambiarse la ropa por el traje que portaria durante ese magnifico dia- Tanto tiempo esperando y por fin es el dia, debe estar todo perfecto -le susurro a Urraca que suspiro con impaciencia pues no era la primera vez que le decia eso en ese dia.

El viaje había sido largo y un poco complicado ya con la precupación de llegar tarde entró a galope tendido en la plaza delante del Palacio con su amada Fabilla a su lado.. A pesar de lo largo del viaje lo habían disfrutado, lo pasaron muy bien juntos a caballo, a Rutger le impresionaba la rápidez con la que Fabilla había aprendido a montar..

"Deberíamos hacer esto con más frequencia" de dijo a su amada mientras desmontaban, entregaron los caballos al ayudante de establos e intentaron adecentarse un poco.. La verdad era que presentaban un aspecto interesante pero nada adecuado para una boda tras pasarse toda la mañana viajando..

"Amor.. ¿Tu crees que nos dará tiempo para cambiarnos en aquella fonda quizás?" le preguntó mientras lo despeinaba para quitarle unas hojas del pelo.

Rutger se rió de buena gana observando el estado de la vestimenta de su novia, y se ella presentaba esa imagen no quiso ni empezar a preguntarse por la suya propia..
"Mi amor, tanto si nos da tiempo como si no.. Vayamos a la fonda que no podemos presentarnos en la boda de mi Madrina de esta manera.. Así ni nos dejarán entrar.... ya verás.. Además tenemos que causar buena impresión Tadeita y yo no nos hemos visto nunca y su futuro marido fué comandante de unos de los ejercitos en el que prestó servicio mi hermano.. Creo que que es muy serio, Ankor lo respetaba mucho.. Ven... vamos..
Dió ordenes en el establo para que les llevasen el equipaje a la fonda, cogió a su amada de la mano y riendose se fueron corriendo a la fonda de la plaza..

Elhanyan tomándose del brazo que le ofrecía su hermano Kuljard entró a la catedral saludando a los concidos con su habitual sonrisa, un poco más acentuada hoy pues la alegría de ver al fin casados a sus amigos la tenía radiante a la Jones.
Luciendo su modelo de estilo francés, de su color favorito, el azul, se fue a ubicar junto a su prima y los demás en la banca que les habían asignado previamente, como era costumbre.

La Catedral estaba casi repleta de gente. Amigos, parientes y curiosos esperaban la llegada de los novios y el comienzo de la ceremonia. Afuera habían quedado Olaff y Ethel pues no era su costumbre ingresar a los templos aristotélicos. El resto de la familia se fue acomodando y así los Jones en pleno se preparaban para disfrutar del gran evento tan esperado.
_Mami, ¿podemos comer dulces mientras esperamos? Aquella niña lo está haciendo_ Preguntaron las gemelas mientras Rosaura miraba a Lirdi como esperando también una respuesta
_Ya empezamos_ comentó la dama a su prima al oído. Si esto no empieza pronto las tendremos paradas de un momento a otro.

Elhyta veía a Igor ir de un lado a otro con los preparativos. Qué eficiente era. ¿Sería proporcional a su fealdad?

Junto a ella, su primo Val, Lady y Eduardo parloteaban por lo bajo comentando sobre la decoración, los invitados y...bueno esas cosas que uno comenta mientras espera en estas ocaciones.

Meses había pasado el de Játiva en tierras de los infames menestrales pero, no sin inconvenientes de por medio, por fin había vuelto a su hogar, el Reino de Valencia.

Apenas si había llegado a su castillo en Játiva cuando tuvo que dirigirse a la capital para la boda.

Comida, música, alegría, damas bien arregladas... Será un buen cambio, mejor que el barro y la sangre con las que he convivido tanto tiempo últimamente. se dijo el Señor cuando subía a su carruaje.

La Catedral se veía espléndida a través de la ventana. Esperó antes de descender, se quedó mirando a los invitados desfilar en ese claro y maravilloso día, la belleza y delicadeza son grandes tesoros que se aprecian mejor de lejos y tras grandes privaciones.

Finalmente cuando se decidió a bajar, un sirviente abrió la portezuela y Valken bajó con algo de dificultad debido a una herida mal curada en su pierna derecha; cogió un bastón que lo ayudaba a caminar y entró a la boda.

Vestir a la Condesa fue una experiencia que jamás olvidaría. ¡Quién iba a decirle que podía ponerse tan difícil aquella mujer para encajar en un vestido! Y es que eran los nervios, estaba tan tensa, tan atenazada, que hasta sus movimientos eran bruscos y torpes.

- ¡Tade por el amor del Altísimo! ¡Dejad de moveros un momento, es más, no respiréis! - Llegó a decirle algo frustrada porque no lograba ajustarle el corsé lo necesario para que entallara bien el vestido. - Todo saldrá bien querida amiga. - La dió un besito en la mejilla para que se relajara un poco. - Ahora respirad profundo. Tomad aire, soltad aire. - Respiraba profundamente a la vez que la dama, de pié frente a ella y tomándola de las manos. Cuando la vio mejor, continuó. - ¡Perfecta! Miráos mi condesa. ¡Estáis de impresión! - Sonreía envelezada mirando a su amiga. - Espero que Feiniel aguante el tipo y no desfallezca al veros. - Terminó riendo a carcajadas con las damas presentes.

Trás lograr el mejor resultado con la novia, respiró de nuevo, más tranquila. No la habían hecho llamar de parte del novio, así que parecía que su vestuario había encajado ala perfección. Ahora era el turno de ponerse decente a ella misma.

- Si me disculpáis, debo arreglarme, que con esta estampa Mallister no me querrá de madrina. - Y comenzó a obrar el milagro en ella.

Ben estaba emocionada viendo lo hermosa que estaba su madre, de repente dió un grito mirando su atuendo madre Lulú disculpadme.... aún no me vestí!!! corrió a los aposentos en los que se instalarían Calem y ella, su esposo ya la esperaba en la puerta Ben!!! se puede saber cuándo te piensas arreglar???!!!! has visto qué hora es??!!! Ben, ni siquiera le contestó, sólo sonrió dándole un beso y entró corriendo, dispuso todo para arreglarse, sentía que los nervios se apoderaban de ella .....


La joven miraba hacia todos lados, buscando sin encontar.... Calemmm!!!! Calemmmmmm!!! de repente tropezó cayendo de rodillas ante aquello que buscaba, sonrió por su torpeza mientras movía la cabeza resignada...


Corría de allá para acá, aseándose, peinándose, dando los últimos retoques a su pelo y rostro y por fin se enfundó su vestido y de nuevo corrió a los aposentos de su madre madre... antes de partir a la ceremonia... sonrió dulcemente a su madre mientras apretaba su mano quería decirte que os quiero mucho y que os deseo todas las cosas bellas y toda la felicidad que en este mundo puedan existir, si alguien se lo merece sois vosotros... besó a su madre y se cubrió con la capa... antes de salir de los aposentos se giró y guiñado un ojo les mostró una petaquita os espero allí .... Subiendo al carruaje, junto a su esposo se dirigieron a buscar a Feniel, la joven recordaba lo importante que era aquel día, lo especial que te hace sentir....


Entraron en el templo y sin poder evitarlo Ben, se dirigió por un lateral hasta donde estaban Fei, guapísimo apuesto como siempre, con un brillo especial en la mirada... lo abrazó y susurró al oido Felicidades... disfrutad del resto de vuestra vida juntos.... seréis muy felices!!! besó su mejilla y se retiró para sentarse donde pudiese verles....

El dia de la boda de la Condesa de Betera y Feiniel habia llegado. Asi que Sepillo que pasaba unos dias en la Villa de Paterna controlando los campos que heredo de sus padres se dispuso a partir a tan magno acontecimiento.

- Tio Sento, traeme el Caballo que tengo que partir cuanto antes hacia la catedral de Valencia

- Enseguida

- Masclet te dejo a cargo de las tierras mientras dure la boda, no me hagais ningun estropicio.

Enseguida llego Sento con el caballo y el gentilhombre partio hacia Valencia.

Cuando pasaba por la alqueria de Benimamet vio dos figuras en el cielo muy sospechosas y se dijo para sus adentros:

- Y estos como se ha enterado, hablare en sueños?, como entren en la catedral van a acabar en la paella, por aristoteles, mira que han dicho que vacas y animales no.

Prosiguio su camino y tras cruzar las alquerias de Beniferri y Campanar entro en Valencia por la puerta de Serrans y siguio por las estrechas calles hasta la Catedral donde ya se congrebaba la gente. Miro hacia la fachada del templo y vio dos figuras la mar de conocidas.

- Sera posible, como bajen de la paella no se salvan.

Desmonto y se acerco a los presentas, saludandolos uno por uno sin perderle ojo a los techos catedralicios.

Descabalgo cerca de la Catedral, el viaje desde Betera habia sido rapido aunque incomodo, pues vestia ropa que no eran de su agrado pero que la ocasion requeria. Observo con ojo critico a la gente que iba llegando, un numero elevado de gente y cada vez eran mas y mas

Dejo las riendas de su montura a uno de los soldados de Betera mientras el se acercaba hacia la entrada de la Catedral para observar el interior de esta. Los invitados empezaban a ocupar los bancos. Hasta el mismo pudo distinguir algunas caras pues los habia isto coin frecuencia cuanco acompañaba a Feiniel. Aunque habia uno que no le resultaba nada familiar, que avanzaba lentamente pasando los bancos hacia el altar principal. No le hubiese dado importancia en cualquier otra situacion, pero Feiniel estaba muy quisquilloso con la boda, asique decidio dirigirse hacia el para guiarle o evitar que hiciera cualquier cosa.

Se colo entre los invitados avanzando entre la multitud que buscaba sus asientos y alcanzo al hombre cuando este estaba ya cerca del altar y empleando su tono mas amable se dirigio a el- Caballero, me temo que aqui solo pueden acceder los eclesiasticos hoy y... -lo observo mientras seguia avanzando- No teneis aspecto de eclesiastico, asique os rogaria que buscarais vuestro asiento -reconocio su cara cuando lo miro fijamente, el hombre no se detuvo- Debeis de ser el rector de la universidad, el caballero Afonso Castro si no me equivoco...

Se puso delante de el para evitar que siguiera avanzando y con tono ahora carente de toda amabilidad le hablo- Volved a vuestro sitio por favor

Miro al hombre con cara de pocos amigos mientras le hablaba, escrutandolo de arriba a abajo, es cierto que parecia viejo, aunque no tanto como para no oirle durante todo el tiempo anterior, aun asi le repitio el mensaje controlando el tono

La respuesta del anciano le hizo enarca una ceja con cada palabra que escuchaba contesto con cierta ironia en su voz- Caballero, he acompañado a mi señor a ver al Vizconde de olocau en varias ocasiones y solo hay una Manola a la que el Vizconde pueda hacer referencia. Ademas, dudo que a vuestra edad podais limpiar nada, de igual modo vuestra posicion no es para ello, uno de mis hombres se encargara de esa tarea de ser necesario asique podeis ir a ocupar vuestro lugar

No se aparto de su camino, ya podia ser ciertas todas sus palabras, ninguna persona salvo los esclesiasticos, su señor y la Condesa de Betera podrian acercarse al altar

Se cansaba de esperar, tenia cosas mas importantes que hacer que mirar y soportar a un anciano. Estaba pensando seriamente en llamar a unos soldados que ocuparan su lugar cuando el hombre volvio a hablarle

Lo miro y miro el papel sucio que tenia, poniendo cara de asco ni lo toco- La banca cinco fila tres alli -le señado con la mano, aprovechando para llamar a uno de los hombres que tenia situados dentro de la catedral- Este amable hombre os indicara el sitio exacto -le hizo un gesto con la cabeza al soldado para que se lo llevara a su sitio, acercandose para que el anciano no pudiera escucharlos se susurro muy flojo- No lo pierdas de vista en ningun momento

De todos modos permanecio alli quieto de pie esperando que el caballero ocupara su lugar

Era el dia de la boda de su querida Tadeita y muy temprano se habia despertado esa mañana para dejar todo listo, despertando a su esposo quien aun dormia.

Amor, levantate no seas dormilon es el dia de la boda de nuestra querida Tadeita.

Raudo se levanto, y Clari se metio a la ducha, para despues arreglarse, poniendose un hermoso vestido celeste con detalles en dorado, una vez lista fue a la habitacion del pequeño Bernat quien dormia como un angelito todavia.
Sacandolo de su cunita para arroparlo y se viera como un pequeño principito, terminado se asomaba su esposo ya arreglado avisandole que el carruaje se encontraba listo para partir hacia el palacio.
Bajando la familia abordaron el carruaje quien los llevaria al lugar citado.
Largo habia sido el camino y Clari se sentia impaciente que aun no llegaban, calmando sus nervio su esposo.

Calma amor que pronto llegamos - dijo Gareth

Minutos mas tarde el carruaje llegaba al palacio, bajando de el primero su esposo y luego Clari con el bebe en brazos, podia verse lo concurrente del lugar viendo muchas caras conocidas, haciendo entrada al lugar y saludar de lejos a los conocidos, tomando lugar y sentarse en espera de la ceremonia.

Sera una novia hermosa - penso

Sinu llegó a la Catedral muy contento, iba a presenciar una de las bodas mas bonitas que había visto, ya solo mirando la decoración de la catedral. El canónigo de la catedrál de Valencia, fue avanzando hasta encontrar un sitio adecuado y lo más próximo al altar. Antes de sentarse se arrodilló y empezó a orar para si mismo.

Cuando acabó se volvío a levantar, realizó una genuflexión y se sentó en el sitio. Esperando a que comenzará la boda de la Sra. Tadeita y el Sr. Feiniel, a la cual había sido invitado y tuvo el honor de colgar el anuncio de la boda en la catedral de Valencia. Mientras esperaba se dispuso a rezar la letanía.

Valerius ayudaba a su bella prometida a bajar del carruaje . Aquella mañana lucía especialmente hermosa Vestida con una elegante prenda que hacía resaltar su hermosa figura.Estas espectacular amor , casi me dan ganas de casarme este dia , bromeaba con Ladyraquel.Ella le miraba sonriente

y el jones se sentia derretir por aquellos hermosos ojos.Ya cruzando la puerta del brazo de su prometida .Muchos de sus amigos y conocidos ya se encontraban ocupando sus sitios , a los cuales uno a uno fueron saludando.

El ambiente era muy familiar y se conocían casi todos , por no decir todos , en aquel lugar y se sentía orgulloso de formar parte del pequeño circulo de amistades de los novios , en especial de Tadeita a la cual tenia verdadero cariño y respeto .

Se asustó un poco al notar como Lady le apretaba su brazo ; Le avisaba de la presencia de su padre y Benacir en la boda.Disculpandose un momento de su familia , fueron a saludar a la querida pareja que tan de rogar se hacian siempre para dejarse ver , sobretodo el el cabecita de Calem.

Vamos para allá amor , que me apetece darles un buen abrazo.

Bonito cuerpo tiene la mujer, de eso no hay duda. ¿Y que no tiene bonito la niña?

Mientras Xurri se adentraba en la iglesia, desde el carruaje la observaba con atención. El no estar invitado a la boda no iba a ser impedimento para no estar junto a ella. O, al menos, esperaba que no lo fuera. EL primer paso, llegar aquí, había sido resuelto previo pago de unas monedas al cochero para que me dejara su lugar. Entrar a la fiesta sería harina de otro costal, pero cada cosa a su momento. Disfrutemos de la vista, que de ella me gusta hasta los andares como dice ese dicho. Y la seguí observando hasta desapareció dentro de la catedral

Ale, a esperar toca.

Kalgalanos paseaba agarrado del brazo de Divea camino de la catedral valenciana, se habia bañado, afeitado y puesto las mejores ropas para la ocasión, no todos los dias se puede comer un buen banquete de boda pensaba el Peñalver.

– cielo, ya se nos casa la Condesa de Betera… aiii el amor, espero que la felicidad le quite de la cabeza las ganas de conquistar las tierras de mi hermano. decía pensativo el de Urgel.

– por cierto, seguro que esta el bueno de tu hermano en la boda, los nobles suelen ir a bodorrios de nobles para buscar enlaces matrimoniales para los hijos y esas cosas, si lo vemos no nos pongamos delante suya en los bancos de la iglesia, las dagas se esconden fácilmente y yo soy el averroísta plebeyo y pobre que ha embrujado a su hermana - dijo mirando a Divea con una sonrisa burlona en la boca.

Estaba impaciente por llegar a aquella boda,pues la ultima a la que fui solo tenia dos años.Apenas pude disfrutar de la fiesta e iba tan nerviosa por llevar los anillos que solo veia el frente.
La boda de la dama Tadeita y el señor Feiniel iba a ser especial,ya era consciente de muchas cosas que pasaban y podria bailar muchas muchas horas,aunque fuera sola.
Además había sido invitada no porque era hija de,sino por merito propio,igual que Wini.
Por el caminomi hermanita de corazón me iba engañando diciendo que ya llegabamos,cada vez que decia "ahí", Me preparaba lista para saltar del carruaje aunque fuera en marcha.
Cuando llegamos un mundo de nuevas aventuras se avecinaba ante nosotras,nunca había estado en aquel lugar y era realmente hermoso.
Cuando mi madrina me vio bajar del carruaje tuvo que colocarme otra vez el peinado y el vestido,pero Wini tampoco es que fuera tal cual salió de casa.
Cuando entre a la iglesia mire a todos lados,saludando a todo el que conocía con la manita y entonces me tope con los ojos cariñosos de mi nona Raquel.La salude efusivamente pero sin hacer ruido y le mande muchos muchos besos.
Mi madrina no me soltaba la mano,porque sabía que aquello podía ser peligroso para que la ceremonia se desarrollara con normalidad.

Siempre que el Borja se dirigía al Palacio del Primado habían coronas, ataúdes o mitras en la ceremonia: parecía un buitre, que aparecía sólo cuando había muertos o alguna solemnidad que pudiera ser afín a sus ambiciones. Pero esta vez sería diferente, pues en glorioso altar de mármol no estaría nada más ni nada menos que el Obispo de Osma, su amigo Cuartetero y frente a él los novios, a quienes él tenía en muy alta estima. Compartían ideas y habían sido hermanados por las armas, así que con sus mejores ropajes, el otrora Barón habría de asistir a aquella boda.

El sólo esperaba no haber llegado muy tarde cuando subió los escalones previos a las grandes puertas, que se hallaban abiertas. Realizó una genuflexión, y se encaminó hacia uno de los bancos posteriores saludando con una simple inclinación de cabeza a aquellos que le reconocían. Sonrió: finalmente se hallaba en terreno santo por una celebración de verdad, rodeado de nobles, gentes ilustres y soldados, buenas personas todas sin duda.

Mae había arreglado con esmero a las niñas para la ceremonia.

Ari lucía preciosa con su lindísimo vestido blanco, Wini otro tanto con su peinado y su vestido rosa, así que cuidaba de que en sus travesuras no los ensuciaran.

Siguió con la mirada a las niñas cuando se levantaron para ir a saludar a la nona de su ahijada, la dama Ladyraquel.

¡¡ Por suerte volvieron impecables ! !

- No puedes venir… - Decía la rubia a una Manola que la miraba desafiante unos cuántos metros más allá – En la invitación lo dice bien clarito… ¿Ves? – Agitaba la invitación hacia la vaca mientras esperaba el carruaje que habría de llevarlos hasta el Palacio del Primado – Por Aristóteles… otra vez hablando con la vaca…

Se volvió nerviosa hasta la puerta del Castillo de Olocau esperando ver a su hermana y al menso de su cuñado aparecer de una buena vez, mientras se daba manotazos en el vestido rojo de gala que había elegido para la ocasión. Aunque tal vez elegir era mucho decir, pues no contaba con muchos más.

Al fin el carruaje se plantó en la puerta y la Rubiá instó a una de las sirvientes a ir a apremiar a los dos rezagados… “seguro que andan besuqueándose en una esquina”… Mientras, miraba de reojo a Manola, no fuera que el bicho decidiera que lo de no llevar vacas no iba con ella, e intentara meterse en el carruaje a la fuerza, no sería la primera vez que se colara en algún lugar al que no había sido invitada, y si no que se lo preguntaran a la rubia, que tuvo que lidiar con ella en su propio hogar…

Al fin vio aparecer a su hermana, tan bella como siempre, y al Vizconde, tan… elegante él… y el carruaje pudo dirigirse al fin hasta el acontecimiento del año. La gran y esperada boda en el condado vecino de Bétera.

El Palacio lucía como nunca, los invitados iban y venían, se saludaban al llegar. La rubia buscó con la mirada a alguien conocido, mientras volvía a sacudirse el vestido nerviosa y se preguntaba si los novios habrían tenido a bien incluir jamón de Bétera entre las viandas del convite.

La Catedral de Valencia iba recibiendo ya a muchos amigos y conocidos, y familiares, Igor tomó asiento en las ultimas bancas de la Catedral para poder ver a todos, aunque más bien, a todas... aquella no era una simple boda, había escuchado a la Condesa, escondido eso si, trazar los más rocambolescos planes, él buscaba entre los invitados a dos jóvenes los cuales se les iba a echar el ojo en esta ceremonia con vistas a encontrar un pretendiente para la joven Irisbel, que la sacara del desánimo que actualmente arrastraba por la pérdida de su joven novio... había oído algo del hijo de una condesa y del hijo de un barón de los jamones, pero nunca recordaba nombres, y mucho menos nobiliarios... además de ocultos y secretísimos encuentros que para aquella mañana se habían organizado, lo que no sabían es que si debido a las inclemencias del tiempo y lo peligroso de los caminos, aquellos tendrían lugar...

Girado hacia la gran puerta de entrada, veia en el horizonte los mismos nubarrones negros de tormenta que acechaban aquel día la ciudad... cuando de repente, ante sus ojos, algo vió, algo que no estaba ahi, pero él lo veía... quizás debió hacer caso a la cocinera y no beber tanto aquella mañana, sentía escalofríos a su lado, una presencia... una presencia con skova... sssshhhththththt castañeteaba los dientes... seguro que ya había descubierto cuando le robó aquellos pañuelos con su olor para recordarla, y venía a castigarle desde el más allá.

Un poco asombrado todavía llevó el caballo que tomaron "prestado" su hijo y su ahijada a los establos, cada vez había más gente por la plaza y el palacio, saludó alguno que otro, la mayoría los conocía por referencia de su hermano..
Le dió unas monedas al tipo de los establos y se encaminó hacia la fonda...
"Hay que ver esos niños" pensó "va a ser que Sasu es hijo mio de verdad.. Azul consigue de él lo que quiere.. que peligro.." sonrió "La verdad es que me alegra que hayan venido, debimos haberlos traido para empezar, nos estamos convirtiendo en una "familia" muy curiosa.."

Una vez en la fonda no vió a Sasu y Azul por ningun sitio pero sí estaba Fabilla con su vestido para la boda..
"Mi amor, estas preciosa.." dijo al verla, la verdad su amada estaba más esplendida que nunca, la abrazó y la besó con pasión..

"Amor, como sigas así llegaremos tarde.." le dijo ella riendose pero sin hacer ademán de librarse de sus brazos "Cuidado con el vestido, con tu traje..." ¡Cuanto la quería! ¡Cuanto se querían!..

Un par de horas más tarde conseguieron llegar de nuevo abajo donde Azul y Sasu los esperaban impacientes.. ya se habían cansado de las cuatro travesuras y querían ver las cosas de la boda..
"No quisimos molestaros.." dijo Sasu con una sonrisa extraña y Azul le dió un codazo..
Se quedó un momento si saber muy bien que decir, ajustó el Traje que su amada le había encontrado para la ocasión..
"Niños, vamonos no vayamos a llegar tarde que es una muy mala costumbre de esta familia.." se rió, ofreció su brazo a Fabilla, le dió un empujón a Sasu y cogió a Azul de la mano.. "Mejor tenerla controlada" pensó..

Los cuatro se salieron a la plaza, se sintó feliz y orgullos rodeado de sus seres queridos, miró a Sasu con su Traje de jóven Noble, besó a su amada (otra vez) y ya estaban preparados para su presentación en sociedad..

Por fín había llegado el día... la boda del año había llegado.... bueno, más bien, la boda del siglo. Tan esperada por todos los amigos de la pareja que parecía que hasta ellos formaban parte en aquél enlace. Y por supuesto, no podía ser menos.
Su prometido estaba en el salón esperándola, mas ella había deseado tanto que llegara esta boda que no podía dejar de mirar el vestido que iba a ponerse. Le encantaban las bodas, pero esta era muy especial. Había compartido muchisimas cosas con Tade y Feiniel, y para ella era como si se casara su propia hermana....

Mi Skovita....susurró.... ojalá estuvieras hoy aquí... recordaba a su hermana todos los días, la echaba mucho de menos.
Una voz interrumpió su pensamiento...

- Querida... ¿te queda mucho? ¡¡llegaremos tarde!! dijo Asra con fuerza para que Mazi le escuchara al otro lado de la casa como siempre.... puntualizó el muchacho ya con un tono mas tenue, a fin de no ser percibido por la Dama, aunque no pudo evitar que ésta le escuchara...

-¡Que va! ¡si ya estoy casi! contestó la de Messeguer sin dar tiempo casi, mientras se le escuchaba correr de un lado para otro. Y que sepas que te he escuchado matizó.

Volvió a la tierra, y comenzó a vestirse.
Bajó por las escaleras, y allí estaba su prometido, elegante como él solo sabía, apuesto como ninguno a sus ojos. Le sonrió mientras bajaba, devolviéndole el muchacho otra sonrisa a la dama.

-Vamos Asra, ¡¡que nos estan esperando!!, si preguntan diremos que tardaste tú en llegar dijo mientras le regalaba una preciosa sonrisa, de aquella forma sabía que no podría decirle que no.

- Vamonos preciosa dama dijo Asra tomando su mano.
Salieron de la casa, y allí estaba el caballo esperándoles. Subieron ambos en Ozeluí, el valiente caballo de Asra, y partieron hacia la Catedral de Valencia.

Al llegar vieron a multitud de gente, muchos de ellos a los que no conocían, y otros tantos a los que sí conocían. El primero en ver fue al Capitán Gulf, asi que se acercaron hacia él.

¡Golfo! qué alegría verte, por fín te bajas del Picassent, ya era hora...

Mazi notó algo extraño en el aire...

La Diaconisa de Tarragona compartió algunas palabras con el Primado y con su igual, Cyliam. Hacía tiempo que no se cruzaban y eso podían notar quien los observaba. Tras unos minutos, llegó el Vicario General de la Archidiócesis llevándose al Primado, lo que hizo que LaDiValiant se despidiera de Cyl, la otra diaconisa, prometiéndole que el banquete hablarian sobre los múltiples cotilleos de Roma, debian de ponerse al día.
Y alisandose su vestido, se dirigió a uno de los bancos de ni muy atrás ni muy alante, lo justo y necesario que requería la ocasión y tomó asiento.

Alex no se habia percatado de la presencia de Raquel y Valerius, al notarlo se levanto inmediatamente con Dyp y se fueron a saludar. En el camino se encontraron con Lirdi y el Capitan Faifolk, tambien estaba Elhy con su hermano. Al fin llegaron, y sorprendiendo por la espalda les saludo a los dos:

Ey Valerius, Raquel, ¿como estan?, no los habia visto..!

Dyp saludo tambien, luego se fueron a sentar nuevamente.

Seguía con su mirada puesta en Bena ...y le comenta a Elhy … -mira ves aquella Dama con el vestido con flores ,ella es la esposa de mi padre y a la cual yo adoro .. no terminaba de hablar cuando llega a su lado la pequeña Ari de la manito de su inseparable amiguita Wini las dos lucían hermosas como angelitos .

Lady se ponía a la altura de ellas y las llenaba de besos … -Pero con quien están? Ari le señalaba con su manito donde estaba su madrina que no les quitaba ojo de encima , la Dama se disculpaba y tomando de la manito a las pequeñas las llevaba junto a su madrina las damas se saludaron comentaron lo bonito que habia quedado la catedral y al cabo de unos minutos se disculpaba regresando junto a su prometido ...

Había tardado horas en prepararme... Horas... ¡¡¡y estaba esplendida!! Era difícil saber si eso era hecho de haberme preparado tanto para la ocasión, o por el hecho de estar junto a Guemau...

Sin duda, no podía evitar sentirme feliz de poder ir a una boda, por primera vez, con un acompañante... ¡Pero ojala esa fuese mi boda!

-Ojala pronto seamos nosotros los que celebremos nuestra boda...-le susurre a Guem, cuando nos encontrábamos ante las puertas de la catedral, con Mufasa detrás, quien parecía asustar a alguno de los invitados.

-Perdone-dijo un hombre, llamándome la atención, mientras observaba al tigre-, no pueden entrar animales, lo ponía en la invitación.

-Ya... pero... conozco a la novia y....-comencé a decir.

-Nada de excusas. Es una norma que han de cumplir todos. Ordenes de la novia.

Así fue como, algo molesta, me agache, y le susurre a Mufasa: "Anda, quédate fuera, pero... si encuentras alguna vaca, no dudes en darla un buen susto". Tras ver como el tigre se alejaba, tome el brazo de Guem, para entrar juntos a la catedral.

Ya habían llegado algunos, y fue poco a poco nombrándoles aquellos a los que conocía, ya que seguramente eran pocos de los ahí presentes los que conocía:

-¡Mira! Ahí están mis primos... Pero ya los conoces. Ahí esta Nico... ¿Le conoces? Bueno, a él aún le debo un fuerte castigo... Ese pelirrojo de ahí es el feo de Gulf. De seguro podrán hablar de barcos, ¡él tiene uno! Ese... no, ese no lo conozco, lo confundí con otro feo. Esa es... ¡Oh! Si es Maelei, hace mucho que no la veo...

Entonces me quede en silencio, mientras no podía apartar mi mirada de él... y le bese.

Por supuesto, Decia Cauto con una sonrisa a su amiga Almendra, a la que tenía el honor de acompañar a tan hermoso episodio en la vida de aquella querida pareja.

Cauto, no tenia el privilegio de conocerles , incluso se sentia apurado pero cuando se dio cuenta ya estaba del ganchete de su amiga bajando de la carroza.

Era un dia de fiesta, se notaba en el ambiente. Las gentes, llevaban sus mejores galas, y las sonrisa estaba presente en las caras de todos.

Discretamente, fueron mezclandose con los demas esperando encontrar algun sitio vacio para poder disfrutar de tan hermoso momento

Tarde, tardísimo llegaba al enlace la petirroja.

Antes de apearse del carruaje, su dama de compañía, Guiomar, la ayudó a anclar bien el tocado, el día parecía ventoso y no le apetecía que saliera disparado.

Bajo del carruaje, y alisó su vestido. Despidió a Guiomar con una sonrisa y dándole algunas instrucciones y se dispuso a entrar en el lugar de la ceremonia.

Una vez dentro, entre el tumulto empezó a buscar a Benazir que de bien seguro que ya habría llegado, entre disculpas, peticiones de paso y saludos con la cabeza, Goswintha se mezcló con los invitados con la esperanza de encontrar a la hija de la novia.

Saludos, saludos y más saludos. El joven no podía olvidar la nota del abogado de cierta marquesa, que la incapacitaba legalmente para acudir a más bodas con cierta envidia. Pero se había comprometido a acudir a esa concreta, y le alegraba enormemente que el enace fuese a producirse.

Sus músculos se tensaron apenas un instante, justo lo que tardó en recomponer la expresión a una diplomática sonrisa al distinguir a Guemau. ¿Qué hacía alli? Ah, claro, allí estaba Leril.

No deja de ser curioso que dos primas carnales tan parecidas de carácter hayan encontrado el amor en brazos de hombres tan diametralmente opuestos...-murmuraba el joven, que aún no acababa de digerir el hecho de que Guemau fuese su primo político.

Alzando la vista, siguió peinando a los presentes, con la vana esperanza de encontrar a la madrina. Iba ese a aser el día en que por fin conociese a su prima Lulu, y el joven estaba ciertamente ansioso. Tanto que no pensaba que, aunque la viese, no la reconocería, pues hasta que no comenzase la ceremonia no tomarían sus puestos los padrinos. Pero claro, eso habría hecho mucho más tediosa la espera.

El suave traqueteo del carruaje, había logrado que por fín Lulu se calmara completamente. Superados los nervios de la puesta de vestimentas, arreglos y tocados varios, daba la impresión de que el resto de acontecimientos, fluirían por sí solos. Miró a Feiniel agradecida, cuando hizo el comentario de su madrinazgo. Se le veía sincero.

- Esto... Mallister. ¿Olvidásteis peinaros? Tenéis algunos cabellos de punta. - Indicaba en su propio cabello dónde debía pasar la mano el hombre. Aunque al ver que no atinaba, terminó por alisarlos ella misma, con las uñas a modo de peine. - Ya está.

- Juraría que su peinado estaba impecable cuando subimos al carruaje. ¿Será que...? - Quedó pensando y terminó por persignarse con una mano, mientras con la otra, abanicó el vacío delante de ellos varias veces, como espantando moscas... o a saber qué cosas.

Sin darse cuenta, estaban frente a la Catedral de Valencia. El novio bajó y como en el castillo de Bétera, le tendió la mano para ayudarle a descender. Y quedó asombrada del gentío que se había congregado allí. La mayoría estaba ya dentro del templo, pero muchos habían quedado fuera, seguramente para no perder detalle de la llegada de los novios.

Se mantuvo cerca de Feiniel mientras saludaba a amigos y conocidos. No debía alejarse demasiado, el momento de recorrer el pasillo hasta el altar estaba cada vez más cerca.

- Noble... Noble... Noble... Plebleyo adinerado que cuenta como noble... Noble...

Resignado y maldiciendo, Zarek se cansó de contar la increíble cantidad de invitados que penetraron en el recinto sagrado. ¿Tan conocidos eran los condes de Bétera?

Otro mordisco a la manzana, y otra mirada a los invitados que acudían en manada a la ceremonia. A cada cual mostrando joyas y vestidos o trajes más elegantes, intentando trepar a una cúspide de falsa apariencia.

Por un momento Zarek se apiadó de ellos, llegando a sentir lástima. Cuan pesados eran los grilletes que comportaban ostentar un título nobiliario. ¿Cuántos de ellos tendrían la oportunidad de ver un atardecer desde las playas de Thira? ¿O cuántos lograrían oír el susurro del viento en los verdes prados de Connaught?

"No son más que cascarones vacíos", pensó.

Lanzó los restos de la manzana y con una sonrisa sacástica se miró a si mismo. Se fijó en sus ropajes, en sus pertenencias; humildes y sencillas.
No, él no necesitaba ser alguien de renombre o el más rico de la región para sentirse realizado. Se limitaba a ser libre, a ser el amo de su destino.

Ese era el resultado de la catarsis experimentada en tierras gaélicas.

- Bien, siéntate y "disfruta" de la ceremonia. - Dijo, entrando en la catedral y tomando asiento.

Alguien le llegaba por la espalda y le tomaba del brazo Amigo alex!!, le decia al verle Por fin te has decidido a venir. me alegro mucho de que lo hayas hecho. En el banquete tomaremos algo juntos briboncito , ahora si me permites debo saludar a mi familia politica.Después de despedirse de su amigo hasta mas tarde , saludó a la buena pareja .Pero que gusto veros de nuevo . Dama Benazir , parece que el tiempo no corre por usted , esta fantastica. , decía a la dama mientras tomaba su mano para besarla.

A Calem le tomaba de los hombros mientras le hablaba ...Calencito , viejo bribón , espero que no te siente mal tanta ceremonia que ya sé que no estas muy acostumbrado a estas cosas. Te veo muy bien hoy , limpito y bien vestido , seguro que la pobre Bena a tenido que pelearse contigo un ratito para que te pusieras de bonito por un dia . Los dos hombres reían mientras se daban un buen abrazo.

Cariño , disculpa , Le llamaba su prometida tomandole suavemente del brazo.Lady le presentaba a la dama de la que tanto había escuchado hablar y a la que no había tenido el honor de conocer apenas. Encantado de verla dama Goswintha . Mas que la madre de Calem me parecía su hermana pequeña. Es un gusto para mí verles por fin a todos juntos.. Ladyraquel sonreia feliz por verse al lado de su familia y eso le hacia aun mas dichoso a él tambien .

Sería un honor para nosotros y para nuestra familia si compartieran asiento a nuestro lado . Por favor , no se queden aqui tan solos que hay sitio de sobra para todos nosotros, les invitaba Valerius de corazón.

Rapuncel se acomodo para ver a los invitado y no perderse nada estaba muy contenta pues era una bodas esperada por tanto tiempo

Y seguía saludando. Sin embargo, en su rutina de saludos paró un instante sobre el siempre destacado Zarek de Moesia. ¡Aquel hombre aparecía en todos los saráos, Jah bendito!Y, por supuesto, siempre destacaba, con su aspecto de estar permanentemente dispuesto a desenvainar.

Volviendose, se dirigió a Zebaz.

Bueno, señor Barón, me han comentado que habéis presentado vuestra candidatura para la Corona de Aragón. Os deseo suerte de todo corazón...amén de paciencia. No se que necesitaréis más.-sonrió.

Una racha de frío entró, recordando por un instante al joven la nieve que, sin duda, cubriría ya Valdecorneja. Sin llegar a la belleza de su Galicia natal, debía reconocer que Gredos nevado constituía una de las pocas visiones que aún le quitaban el aliento.

Confío en que, tanto si ganáis como si perdéis la batalla, podréis hacerme alguna vez la merced de venir a Valdecorneja a cazar, como me prometisteis. Este invierno vamos a probar a cazar armiño, como hacen en Bretaña. Si el terreno es propicio, os invitaré. Dicen que hay pocas piezas más difíciles.

-Gracias Gosw ya veras que si , que a su lado seré inmensamente feliz, solo soltó sus mano unos segundos ,quería mucho aquella dama , que desde el primer día que se conocieron solo recibió un enorme cariño de su parte...

-Me gustaría presentarlas a la Familia Jones , mi futura familia política , y donde estamos hay lugar y se ve muy bien la ceremonia, que supongo ya no tardara en comenzar ..decía mientras los miraba con una sonrisa picara, Esperando un si por respuesta ...

La rubia miraba a todos lados agarrada del brazo de su hermana menor. Por Aristóteles, cuantísima gente, cuanta pompa y boato, tanto brocado por aquí y tanto adorno por allá, hizo que la Rubiá comenzara a sentirse un poco incómoda dentro de su vestido, sobre todo cuando se lo pisó la primera vez y casi se cae encima de un caballero al que pidió disculpas azorada durante dos minutos seguidos mientras su hermana tiraba en vano de ella.

Al fin llegaron a sus asientos, la segorbina se sentó y comenzó a mover la pierna sin dejar de mirar a izquierda y derecha, adelante y atrás. En una de tanta batida visual, vio una cabecita rubia al lado de un caballero un tanto feote.

- ¡Uys! Lady y Val...¿¡Ladyyy!! - Gritó, agintando la mano en dirección a sus amigos, levántandose como un resorte y saliendo de la fila de asientos pisando a unos cuantos aistentes. Entre "perdones" y "disculpas", al fin logró salir al pasillo, justo en el momento en el que hacía su entrada el novio. La rubia se quedó parada en el pasillo sin saber cómo actuar y lentamente, tratando de no hacer mucho ruido, fue desandando el camino hasta volver a su asiento ante el disgusto de sus vecinos de banco, y la mirada burlona de su cuñado.

- Ya, ya me quedo quietecita... - Dijo en voz baja y se volvió a mirar al novio y la madrina, radiantes ambos.
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Y por fin se anunció su llegada

- El Marqués de Vall de Ayora, Su Eminencia el cardenal Eduardo de Laguna... y se abrió la puerta escuchando una voz de una de las doncellas por lo bajini que decía... avegaladriellpurísima ¡el padrino! gracias a dios...

Tal era su alegría por la llegada en aquel día tan señalado que iba a darle un abrazo a su eminencia, pero con el marqués nunca sabía muy bien a qué atenerse en cuanto a los saltos protocolarios y las demostraciones de afecto, y dada la presencia de la servidumbre, prefirió guardar el protocolo, Eminencia, bienvenido seáis, os aguardaba, la novia está perfecta para el pase de revista, podemos marchar, hay que llegar tarde pero antes de que diluvie... no quiero ni pensar en caminos embarrados...


La comitiva se puso en marcha en dirección a la Catedral Valenciana, ya en el carruaje y con más intimidad, le dio el abrazo a Eduardo y le dijo... os agradezco enormemente que hayáis podido ser mi padrino, desde el primer día quise que fueráis vos, y se que vuestras obligaciones en la Curia os tienen muy ocupado, por eso os lo agradezco de corazón que hayáis podido acudir, es muy importante para mi, vos lo sabéis y siempre os estaré agradecida, aunque ya sabéis de sobra que contáis con mi lealtad y amistad eterna

Los nubarrones les estaban perdonando el día de momento, aunque bastante negros, en el horizonte se atisbaba un tímido sol, que aún se resistía, en breve llegarían a Valencia, mientras intentaría poner al día a su Eminencia de todas las tramas que habrían de gestarse en aquel día.

Era una situación curiosa. Habían abandonado su vida en el palacio real, sin embargo, debían trabajar ahí por el consejo de regencia. Ella, al ser la gobernadora, debía estar la mayor parte del tiempo en el palacio de la generalidad así pues no habían más que viajado muchas veces por los caminos entre Benicarló, Morella y la capital de Valencia.

La invitación había llegado hace un tiempo y lleno de gozo el corazón de los ahora duques. Los novios eran sus amigos, mucho habían luchado por esto y ahora Dios les recompensaba por tanto tiempo.

Una de sus hijas, Ederne, crecía con la fuerza de la tierra. A veces temía mucho por el tiempo, por la salud de sus otros hijos pero tras muchas horas de rezo habían conseguido que su alma se rendiera a la voluntad de Dios. Aquella mañana la pequeña caminaba por su habitación tropezando de vez en cuando.

- María - le dijo a su nana - hoy es un día especial - caminó hasta la ventana y observó las nubes amenazantes - y como es especial, nada lo perturbará - sonrió abiertamente alcanzando a su hija y alzándola entre sus brazos - Ederne, hija mia - la llevó hasta su armario - decidme, con cuál vestido podría ir vuestra madre en esta ocasión. Confío en vuestra joven opinión - la niña extendió su pequeña mano y tocó uno de sus vestido, uno rojo terciopelo con bordados dorados y de corte recto que dejaban al descubierto sus hombros con delicadeza - buena elección hija mia, aunque deberé llevar capa - sonrió -

Su cabello había crecido mucho, esta vez lo dejó medianamente suelto para que cayera por su espalda. Usó en esta ocasión la joya que antaño su esposo le había regalado por su compromiso; un hermoso anillo y un collar con una hermosa piedra color turquesa.

Cuando vió entrar a su hija, vestida del mismo color de su madre rió - María te ha vestido para que nos confundan, ¿verdad? - rió y giró con ella en la habitación haciendola reír mientras una figura alta se apoyaba en el marco de la puerta, silenciando a María para que su presencia fuera un sorpresa hasta el último momento - bellísimas como una mañana - dijo el duque quién reía mientras las observaba - damas - hizo una profunda reverencia - si me hacéis el honor de acompañar a este caballero a la boda de la Condesa, a la cuál me temo vamos un poco tarde ya - ella se acercó hasta la ventana y vió la altura del sol en el cielo - ¡Vaya por Dios! - alzó a Ederne y sonrió nerviosa - vamos pues, esposo mío.

El carruaje listo los llevó hasta la entrada de la catedral de Valencia. Escoltados por miembros de la hueste de Morella llegaron justo cuando el novio hacía ingreso a la Catedral - mirad esposa mía, ahi va Mallister - ella sonrió sosteniendose de su brazo - sí, y seguro un atado de nervios. Aunque va del brazo de la de Bathory, eso le ayudará mucho. Ella es un encanto -

Ambos avanzaron viendo a muchos conocidos y amigos, saludándo a todos aquellos quienes les conocían, se acercaban o simplemente ellos veían. En la entrada, fueron guiados hasta sus asientos en la parte principal de la Catedral. Ahí vieron a sus hijos, su esposa y los niños saludandoles, deteniéndose un momento para cruzar algunas palabras. Tras aquello los tres llegaron hasta sus lugares y esperaron tranquilamente, a excepción de la joven Ederne quién inquieta, no paraba de mover sus pies sentada entre sus padres.

La mirada del novio se cruzó con las de ellos, correspondiéndole con una enorme sonrisa. No habría motivo o razón para que aquel día no les acompañaran pues se repetía asi misma durante todo el tiempo que el amor debía ser premiado. Las manos de ambos duques se entrelazaron con fuerza y se miraron... sin darse cuenta, la pequeña figura de su hija se movía lejos de ellos en dirección al altar...

Miren quien esta aquí, que no se pierde ningún acontecimiento, el Señor Conejo. Don Astaroth.

Decía el Barón al paso que inclinaba su cabeza saludándolo, poco se sorprendía pues al igual que el siempre estaban en todos los acontecimientos.

Veo que las noticias llegan rápido a Valdecorneja, tenéis buenos mensajeros. Sorprendido ante la pregunta del viejo amigo.

Así es, me presento como candidato el trono de la vieja Corona. Tras tanto tiempo, volverá a resurgir de sus cecinas esa vieja corona.
Ya sabéis viejo amigo, como se que me conocéis creo que sabréis perfectamente porque este viejo decide ser uno de los aspirantes.

Lastima dan ver las tierras que formaban la vieja corona, y la gran separación y distancia que hay entre hermanos. Se que es un reto difícil, y se que nunca podré llegar a igualar el trabajo que el ultimo rey de aquella corona logro.

Poco tenia que decir sobre su candidatura, tiempo hacia que el Campeador tenia al castellano como un hermano, y no hacían falta muchas palabras y explicaciones para llegar a entenderse.

Difícil será ganar esa batalla, hay muchos buenos ciudadanos capacitados como yo creo que lo estoy e incluso mas capacitados. Pero Aristóteles sabrá si soy yo el merecedor de ello o no.
Seguiré haciendo lo que pueda y este en mis manos para ver esas tierras revivir.

Ante la propuesta de Astaroth, Zebaz le hizo callar de inmediato.

SHHHHHHHHHHHHH!!! No digáis eso en voz alta, y menos delante de mi mujer que nos puede oír.
Malditos médicos que pusieron a todos en mi contra que no me dejan ni moverme, y menos ir a una buena comida. Me tienen encerrao en casa como si fuese un canario en su jaula, que casi ni me dejan hablar.

Claro que deseo ir de caza, pues hace tiempo que lo estoy deseando, pero esta maldita pata me tiene medio impedido. Recuerdo los días de caza, salir al alba y cazar buenas piezas, pues siempre fui de caza menor, aunque el matar a un buen ciervo y poder colgar su cabeza en uno de los salones es una gran satisfacción. Para luego hacer una buena fiesta y comer su carne rodeado de buenos amigos, y vino!!! que no falte el vino.

Ayy!!!! Que buenos momentos … [i] Termino diciendo con lastima, pues ya no podía disfrutar y gozar de la vida que lo llevo a enfermarse, y ser un mueblo arrincaonao en un palacio como el se describía la mayoría de veces

- ¿Entramos?

Fue la señal del sonriente novio a la madrina, que enseguida se agarró a su brazo.

- Nota mental: Tengo que saludar como Dios manda a la bella Benazir, que me ayudó a vestir a la novia, pero con tanto ajetreo ni "hola" le dije. - Recordó al reconocerla entre la muntitud.

Su mirada iba de la exquisita decoración de la catedral a los invitados. A la mayoría les conocía y saludaba mientras avanzaba con una sonrisa y algún que otro leve movimiento de cabeza. Incluso le pareció reconocer a la inigualable Goswintha de la Olla entre los presentes. Si es que ya había escuchado, que hasta personalidades de los lejanos reinos de Aragón e incluso Castilla, habían acudido a tan esperado enlace.

Dió un apretón cariñoso a Feiniel en el brazo ; que aunque aparentaba una seguridad imperturbable, notaba los nervios que le invadían en la musculatura tensa de su extremidad. En ello pensaba cuando una visión la sacó de sus pensamientos. Allí muy cerca de la numerosa y noble familia Jones, unos ojazos masculinos no dejaban de mirarla y lograron que la comedida sonrisa de la Bathory, diera paso a una más amplia, con el guiño de uno de sus ojos, incluído.

- Ya queda menos Mallister. - Tomó de ambas manos al novio ya de pié frente al altar. - ¡Que Dios os bendiga!

Le dejó allí, espectante, mirando hacia la entrada del templo como el que espera un milagro. Ella se colocó a un lado, sonriendo, no muy lejos del futuro marido de la Condesa pero su mirada se mantenía fija, en un punto cercano a la noble familia Jones.

Seguia observando a los invitados y la puerta. Habia visto llegar a Lilyan y posteriormente a los Duques de Benicarlo mientras aguardaba aun nervioso mirando a la puerta. Sonrio a los duques cuando los volvio a mirar. De pronto sintio un tiron en la ropa, sorprendido miro hacia abajo viendo a la pequeña Ederne a sus pies

Se puso en cuclillas, cogiendo a la pequeña Ederne en sus brazos- ¿Y tu que haces aqui? -sonrio escuchandola- Me temo que no tengo pequeña ahora mismo. Tedras que esperar un poco. Cuando lleguemos despues a la fiesta dire que te den algunas y tu madre no podra decir nada -le guiño un ojo

Se levanto y miro a Lulu aun sonriendo enseñandola a la pequeña- Enseguida vuelvo

Se dirigio hacia los bancos, esquivando a los invitados que lo miraban, quzias preguntandose donde iba, hasta que llego hasta los duques. Deteniendose delante de Yuste- Creo que vuestra hija salio a vos, no sabe estarse quieta eh -contuvo la risa mientras dejaba a Ederne en brazos de su padre- Me alegra que esteis aqui -les dijo tanto a Yuste como a Rose, a esta ultima le añadio- El vestido os favorece en gran medida majes... duquesa -le costaba habituarse a emplear ese termino en lugar del de majestad, porque, aunque ya no obstentaban la corona, para el siemrpe serian los reyes de Valencia. Estuvo hablando unos instantes- Disculpadme, que si viene la novia y no me ve quizas aproveche para escaparse, no puedo darle oportunidad alguna -rio sin poder contenerse

Volvio sobre sus paso junto al altar y la madrina, ahora las manos no le temblaban de los nervios- Esta niña hace milagros -le susurro a Lulu sonriendo y volvio a dirigir la mirada hacia la puerta

Val y Lady andaban de un lado a otro saludando a cuanta persona conocían… Lirdi los andaba vigilando cuando llego su buena amiga Lilyan junto a ellos. La tomó de sorpresa, no esperaba verla aparecer por allí tan repentinamente…

-¡Lili! ¡Que sorpresa preciosa! ¿Es que cada vez que te veo estas mas bella tu? No se como lo haces.-

Lily no mas fijarse en los zapatos de Lirdi noto que ella tenia las botas de montar aun puesta y se fue corriendo a los establos en busca de su caballo donde traía unos bonitos zapatos…
Al cabo de unos minutos regreso y se sentó junto a Faifolk que estaba al lado de Lirdi.

-¿Ya os conocéis con el caballero Faifolk no? El capitán de la Hueste de Segorbe.-

Lilyan saludo al caballero y también a Elhy que estaba al otro lado de Lirdi. Y luego preguntó por las novedades…

-¿Cotilleos nuevos? Mmmm… no se…- Lirdi acarició su vientre que al parecer Lili no había notado, o había pensado que su amiga se estaba poniendo gordita… -Pues yo creo que lo mismo de siempre…- Agrego casi riendo…

En ese momento llego Val y Lady de nuevo a sus lugares, y Lirdi intentando parecer enojada les dijo,
-Paren, ¡Estaos quietos ya!- Pero lo de los enojos no le salía muy bien y sonrío…
-¡Vamos! Que ya llega el novio… al fin…-

Despues de tan largo viaje para poder llegar a tiempo, deja su caballo rapidamente para acercarse a la catedral y asi acompañar a su unica familia en este tan gran dia para ella.


Amedida que pasa las puertas ve mucha gente reunida pasa saludando enter los bancos hasta que se acerca a donde se encuentra al novio....Feinel no creeras que me perderia esto eh! queria darle la sorpresa a mi madrina ya que nunca le confirme por lo que andaba de viaje, espero que se aleger de verme... emm y mucha suerte feinel! en verdad me alegro por ustedes dos! se aleja y se acerca a la banca donde le corresponde.

Piensa.... espero que mi madrina no se arrepienta. es bastante dificil de creer que ella se case teniendo encuenta su caracter...jejeje

Cogida del brazo de kalgalanos llegaron a la catedral iban hablando respecto a la boda y a su hermano, Divea sonrió y le dijo tranquilo ya andaba pensando en que si nos sentamos junto a mi hermano me colocare entre ambos para evitar cualquier cosa que pueda pasar, lo miro sonrió y entraron a tomar asiento .

Entraron saludando a los conocidos y parándose a saludar a Sinfonia que estaba sentada junto a Cofafo ,vio a su hermano acompañado del pekeño ismot y Marta, rebusco hasta encontrar un dulce enseñándoselo al niño y guiñándole un ojo, decidieron sentarse con Sinfonia y Cofafo pues la ceremonia no tardaría en empezar y ya en el banquete habría tiempo de hablar pausadamente con su hermano pues muchas cosas tenía que contarle.

La carroza escoltada por jinetes con los blasones de Bétera se alejaba con prontitud del castillo de la Condesa. En su interior, la novia regalaba al padrino palabras de afecto que pronto fueron correspondidas.

_Mi querida Tadeíta -dijo el prelado dirigiendo sus ojos hacia los de la futura desposada-, es un verdadero honor que me hayáis conferido un lugar tan destacado en este día y, por ende, en vuestra vida. Cuando decidí dedicarme en cuerpo y alma a la obra de Dios, jamás imaginé que podría llevar a una mujer hacia el altar, pues ni tendré hijas y carezco de hermanas. Aunque acompañé a la Reina Rose y fue un privilegio que jamás pude agradecerle con debida devoción, las vivencias que he compartido con vos, las horas de trabajo conjuntas y la amistad forjada sobre la base del respeto y la admiración, hacen que hoy me sienta realmente afortunado.

Sujetó la mano de la mujer entre las suyas y con emoción contenida confesó:

_Aunque por nuestras venas corra sangre distinta, os juro por el Altísimo que os siento como la hermana que nunca tuve.

Con voz quebradiza, abrazó a la Condesa de nuevo.

_Os deseo lo mejor, porque os lo merecéis y porque hoy os uniréis a uno de los hombres más leales, honrados y bondadosos que conozco.

La berlina se detuvo ante la concurrida Catedral. El Cardenal alzó su diestra enguantada en rojo y Tadeíta depositó sobre ella su siniestra. La puerta fue abierta por un lacayo.

_Ha llegado el momento. Felicidades.

La de Guadalest camino hacia la catedral, ya se sentía nerviosa era muy tarde y su novio no llegaba de un viaje a Caspe, por lo tanto decidió adelantarse.

Ufff la madrina Condesa de Bètera se casa, no no, yo no puedo llegar tarde…

La Catedral lucia esplendida, al entrar miro a tantos invitados muchos muy buenos amigos y otros sólo conocidos.. sonriendo y saludando a los presentes que allí se encontraban, buscaba un sitio donde sentarse y ahí espero a que entraran su madrina y el caballero tan querido Feiniel.

Esta es la boda más esperada y la más linda para la de Guadalest eran dos personas muy queridas para ella.

Un murmullo se extendio entre los invitados cuando algunos que estaban fuera se apresuraban a entrar en la catedral y ocupar sus bancos, Feiniel no necesito mas para fijar su atencion en la entrada de la Catedral. Los instantes se hicieron eternos hasta que por fin la vio aparecer

Durante un instante se le corto la respiracion y sus ojos se abrieron de par en par. Estaba radiante, no, esa palabra no podia describirla, tampoco hermosa o bella alcanzaban a describirla. Un angel, estaba a punto de casarse con el mas bello angel que pudiera existir. Pudo atisbar al padrino, majestuoso como siempre, avanzando junto a ella, pero no era capaz de ver mas, puesto que sus ojos se negaban a abandonarla. El vestido que Lulu habia realizado para ella era una obra maestra, dudaba mucho que ningun artesano pudiera competir con su maestria y aquel vestido era la prueba de sus palabras

Superada la sorpresa inicial una sonrisa afloro en su rostro. Mantuvo la vista fija en ella, deleitandose con cada movimiento y admirando los detalles conforme se iba acercando, detalles que estaba seguro quedarian grabados por siempre en su memoria.
Aunque sabia que el vestido solo realzaba la inigualable belleza que la caracterizaba y se sentia dichoso al pensar que podria disfrutar de esa vision todos los dias de su vida a partir de ese momento

Y tras unos instantes que se hicieron casi eternos para el, por fin la tenia junto a si. Cogio su mano con suavidad al tiempoque inclinaba levemente la cabeza en saludo al Cardenal y Marques de Vall de Ayora- Futura esposa -la saludo en un susurro y aun mas bajo añadio- Amor mio..

Se giro para mirar al Primado, apartando su vista de ella a regañadientes mientras esperaba que diera comienzo la ceremonia

Aprovechando el momento en el que la novia entraba en la Catedral, el revuelo que causó, Azul se soltó de la mano de su padrino y con paraguas y todo, salió corriendo..
En el fondo de todos los fondos, Rutger se sonrió, supo que solo era cuestión de tiempo para que se ahijada se saliese con la suya, pero no era plan..
"Mi amor.." dijo a la preciosa mujer que tenía a su lado, "vamos a tener que ocuparnos de la educación de esta niña.. Eso de haberse criado en una cueva y el resto de su historia al final le acabarán trayendo problemas, o a nosotros...
Fabilla parecía no haberlo escuchado, estaba mirando con semblante serio un grupito de personas que Rutger no conocía, decidió callarse e intentar controlar a Azul con la mirada, o por lo menos saber por donde andaba por si necesitaba alguna "intervención de emergencia"..

Buscando a su ahijada con la mirada, se encontró con la de la novia que parecía estar haciendo "inventario" de los presentes, tarea imposible por la gran cantidad de gente que había acudido a lo que, sin duda, era la boda del año..
La mirada de su madrina le sorprendió, parecía más calmada, más segura de si misma de lo que se supondría en una ocasión como estas. Recordó como esta mujer había comandado el Glorioso de San Jorge hasta que Ankor lo estrelló contra las defensas de Barcelona, ahora comprendió la admiración que su hermano simpre tuvo hacia esta mujer.
La saludó con una inclinación de la cabeza, ya habría ocasión para las presentaciones formales..

"¿Donde demonios se habrá metido esa niña? se preguntó a si mismo en voz baja y decidió llevar a su amada y a su hijo a unos bancos en las últimas filas, ya estaba bien de quedarse de pie, bueno, en cuanto el protocolo premitiese que se sentaran.
Seguió buscando a su ahijada, o su paraguas, entre la multitud, Fabilla estaba extrañamente callada, ausente casi y Sasu.. pues Sasu estaba alucinado con tanta gente importante...

El primado tenía enfrente a la pareja lista para comenzar con la ceremonia. Entre ellos se miraban y sonreían ligeramente tratando de mantenerse serios.

Bienvenidos, hijos míos. Qué Dios les bendiga a todos.

Estamos reunidos aquí para celebrar el matrimonio de Dª Tadeita de la Vega, Condesa de Bétera y D. Feiniel Mallister de Azagr . Su amor es tan fuerte que desearon que Dios lo bendiga.
Desde su bautismo Tadeita y Feiniel son miembros de la comunidad Aristotélica. Así, por una vida virtuosa, pueden esperar acceder al Paraíso, que se encuentra en el sol.
Seguirán desde ahora las enseñanzas de nuestro profeta Aristóteles y de Cristos, nuestro Mesías. Y pueden ahora acceder a la próxima etapa laica de la fe Aristotélica: el sacramento del matrimonio.

Nuestro libro de las virtudes nos enseña:



Que importante es conocer el sentido de la salvación, queridos hermanos. No es fácil entender que el amor es la salvación, que si no hay amor nunca habrá sueño, si no hay amor se pierde siempre, todas las batallas. Ningún ejército puede vencer a la unión, esta pareja ha batallado estoicamente contra muchos ejércitos, por ejemplo el ejército del tiempo.
En el amor está la esencia de la sabiduría del Altísimo. En el amor aristotélico que esta pareja refleja a la perfección, se trasluce la divina palabra que predicamos los padres de la iglesia.
Seamos todos participes de esta unión y traslademos nuestros mejores deseos en esta etapa que culmina en el año para que esta pareja tenga un nuevo comienzo en su vida.

¿ Tú, Dª Tadeita de la Vega de Valencia, estás dispuesta a vivir así?

Con voz alta y clara para que todos lo escucharan, sin perder la mirada de Feiniel, solo para dirigirse al Primado, contestó... Sí, lo estoy

Ya la ceremonia había iniciado, Tadeita y Feiniel tienen más cerca el momento de llamarse unos a otros esposo o esposa.

El primado dio inicio con unas palabras y posteriormente una pregunta a la Egregia Condesa.

Era turno del Vicario General, dirigiéndose a la novia le preguntó
- El matrimonio, como nos lo enseñó Christos, nuestro mesías, es un empeño de vida.
¿ Estás dispuesta a estar atada a D. Feiniel Mallister de Azagra de Valencia por el sacramento del matrimonio hasta que seáis tomados por Dios?

Eduardo se sentía un poco nervioso, en la ceremonia estaba presente su tocayo Cardenal Eduardo.

¿ Estás dispuesta a estar atada a D. Feiniel Mallister de Azagra de Valencia por el sacramento del matrimonio hasta que seáis tomados por Dios?

Y con una sonrisa escuchaba a Hsm, siempre se imaginaba aquello de estar atada con cuerdas y para siempre al ser amado... le sonrío, miró a Feiniel, pensó en atarse a él y contestó, Si, lo estoy...

Tras escuchar la Primado miro a Tadeita sonriendo, no conocia ningun modo de vida que no fuera amandola. Volvio a mirar al Primado y con voz clara dijo- Si, lo estoy

Volvio su vista hacia el Vicario General,sonrio aun mas con la pregunta, esta vez la contesto instantaneamente, casi sin pensar- Si, lo estoy

La presencia de la Egregia de la Vega llenó el templo. Era difícil apartar la vista de la novia; el vestido era impresionante, pero más aún lo era la expresión de su rostro. Radiante, era la palabra que rondaba bajo las greñas de la rubia.

Buscó con los ojos a la madrina, tratando de transmitirle una frase de cinco líneas con una mirada y media sonrisa. Para cuando hubo localizado su mirada, la frase se había licuado ya ¿Por qué demonios lleva un abanico en un día invernal como hoy? La mera imagen de ese abanico que pendía de la mano de la Bathory la hizo buscar el calor de Crimea y Ducce; con cuidado, eso sí, de que no se desmantelara el pequeño dispositivo de abastecimiento que escondía bajo el vestido.

Azul miraba a toda la gente del lugar... si que era una boda importante la de aquella dama de la cual le había hablado su padrino. En esa gran iglesia había mas gente de la que había visto en su vida. Se puso a jugar con su paraguas y cuando logro zafarse de su padrino al entrar la madrina de este. Salió casi corriendo para la parte trasera de la iglesia y salió un momento. Estar encerrada en aquel lugar no era lo suyo, le recordaba demasiado a la cueva. Respiro un momento, jugo con su paraguas, era increíble como un objeto tan simple lograba entretenerla tanto tiempo. Luego de unos momentos, respiro otra vez y entró en la iglesia, la ceremonia ya había empezado por lo que fue agachada para que no la vieran hacia donde estaba su padrino que al verla parecía algo enojado. Ella lo miro con sus ojos azules y su padrino se ablando un poco, aunque se imaginaba que luego la retaría.

El primado giró su cara al Cardenal y le pregunto:

¿ Tú, Don Eduardo de Lagunas testigo de Doña Tadeita, oíste, como yo, que Dª Tadeita de la Vega está dispuesta a estar atada a Don Feiniel Mallister de Azagra hasta que la muerte los separe, en el imán de un amor tan puro y virtuoso que glorificará a Dios?

Mientras esperaba la respuesta rogó que no se aparezcan una de las ardillas de Cyl, esta vez el primado estaba preparado y tenia una trampa con queso en su bolsillo

Mazi escuchaba atenta la ceremonia y cómo los novios juraban amarse para siempre el uno al otro, pensando que después de tanto tiempo y tantas cosas estaba bastante claro que el amor de los dos mensotes duraría para toda la vida.
Miró a su prometido y le cogió de la mano sonriéndole, sintiendo que algún día ella estaría frente al altar, prometiendo ese mismo amor eterno y lo que más le emocionaba.... llevar un vestido igual de precioso que el que llevaba la novia...

Le picaba la barba, el sol caía encima y los ropajes o disfraces que llevaba puesto no hacían si no entorpecer su paso. Las heridas de Vic, no habían cicatrizado, y eso que había pasado mucho tiempo desde entonces, la historia que transcurría desde que había sido herido, casi mortalmente por los catalanes hasta ahora era mas que interesante, pero seria contado en otra ocasión.

El palacio del primado, que punzantes y dolorosos recuerdos le traía, no podía si no observar la majestuosidad del palacio y bueno... escalofríos era poco.

Hacia mucho que no veía a sus amigos, pero no dudaba que se alegrarían de verle. Quien cuidaba la puerta le pidió su invitación, que posiblemente estaría en alguna de las tabernas o pajares donde había dormido hasta entonces, porque allí no. Miro al hombre y sin decir palabra siguió andando hacia la puerta, el hombrecillo se puso nervioso y se interpuso, como si eso lo pudiese parar. Paboro, que estaba harto de tanta tontería miro al hombre y dejo al descubierto la cicatriz que iba de arriba a abajo del ojo, no se... si porque era un finolis o porque...pero el hombre no dijo nada mas. Una vez dentro, fue andando mientras la ceremonia se celebraba mientras un montón de caras se giraban para verlo, sorprendidos quizas de ver a un barbudo ir directamente hacia los primeros bancos.

Cuando Paboro diviso a Lulu, se dirigió hacia ella, a pesar de que ya mucha gente lo miraba mal, otros ni lo miraban pues se habían dormido, y otros supongo que poco o nada le importaba el barbudo que veían.

-Hola- y espero la respuesta de esta mientras se sentaba con Irisbel, que realmente lo miraba como si nunca lo hubiera visto en su vida y posiblemente no apreciase el estado de los trajes y la barba de Paboro.

Miro a Feiniel y Tadeita, quien espero que si lo reconociese, como ya hiciese en otra ocasión, y por el que no se habría perdido esta ceremonia, ni estando en el mas allá.

Hechicera esperaba el carruaje familiar,sus padres se habian adelantado mientras ella terminaba unas diligencias y se cambiaba de ropa,llevaba un vestido que le habia dejado dispuesto su madre antes de salir.

El carruaje llego en su busca y se dirigio a la ceremonia,donde la esperaban sus padres.
La ceremonia habia comenzado,buscó a sus padres y en silencio se dirigio hacia ellos,se sento y escucho atentamente los botos de lso contrallentes.

Alivio, mucho alivio. Fue lo que sintió cuando el Vicario General tomó la iniciativa y continuó con las preguntas.

- ¡Sí, oí! - Respondió ya más recuperada y dejó de abanicarse.

Pok estaba preparando todo, pues hoy habia un evento hermoso, se casaban Tadeita y Feinel, depsues de elejir cuidadosamente el traje, se dirije hacia el Palacio del Primado él llevca unos regalos: Un vestido y un colgante para la Dama Tadeita y una espada y un escudo para el Caballero Feinel al llegar, baja del carruaje, obserja la hermosura del Palacio del Primado, se dirije hacia dentro, observa que elpadre Hsmeduardo y Lulu estan un poco ocupados, despues, se acerca a la Dama Brynhildr yle dice:

Hola Dama Bry , gusto en verla:), como esta usted?

Despues, se acerca a la dama Hechicera79:

Hola:),ocm esta usted?, me da gusto verla aqui

Ben, junto a toda la familia, seguía atenta y emocionada la ceremonia en la que dos personas a las que quería mucho estaban contrayendo matrimonio, radiaban felicidad, a ambos se les veía emocionados y muy felices algo que despertaba en la joven una gran sonrisa...

Whinta y ella se miraban sonriendo, como siempre la familia unida. La joven no dejaba de mirar a sus hijos. Lady y el joven Rodrigo. Pensaba en aquella gran familia... siempre habían sido muy felices incluso en los peores momentos... y sabía que Tadeita y Feiniel lo serían igualmente, lo deseaba desde el fondo de su corazón, les quería con todo su alma ... ellos la habían querido y cuidado como si llevase su sangre, como a una hija y así lo sentía ella... allí estaban sus padres contrayendo matrimonio, uniendo sus vidas para siempre mientras ella pensaba para sí misma Felicidades... de todo corazón os deseo lo mejor!!

Nada enturbiaría aquel gran día, la boda transcurría sin incidentes, hasta que llegó él... aquel olor a cadaver recién sacado de la tumba, aquel aspecto, la barba, las greñas... podía reconocerlo en cualquier parte... el de Corleone...

Pero, apesar de todo se alegraba de verlo vivo y allí... más tarde se encargarían de que sus hombres lo metieran de cabeza en el Turia para adecentarlo un poco, no iba a dejar que el antiguo gobernador del reino estuviera de esa guisa en su boda... quizás ella misma les ayudara a meterle la cabeza bajo el agua... y ya veríamos si le dejaba salir a respirar

En aquel momento pensó que sería quizás el instante en que todas las damas locas de atar iban a interrumpir la boda para declararle amor eterno a Feiniel, que admiradoras tenía muchas y variadas... pero, transcurría sin detenerse y nada sucedía... solo un extraño movimiento de Alfonso a la espalda de Igor, observaba como Feiniel hacía un casi inapreciable gesto a su hombre de confianza para que no hiciera nada con mi críado... qué extraño todo...

Y ahora es cuando la muchedumbre calla para siempre... pensaba mientras el silencio transcurría en la catedral.

Luego del silencio, apenas interrumpido por algunos cordiales saludos de invitados tardíos y la tos de Igor....el primado dijo:

¡ Hijos míos ! , Tadeita y Feiniel.

Este día es bendecido por Dios. Puedan sus vidas ser virtuosas, conformas al mensaje divino transmitido por el profeta Aristóteles y por Cristos, nuestro Mesías.
Ahora, por los poderes que me son conferidos por la Santa Iglesia Aristotélica, los hago marido y mujer. Pueda su amor quedar pura de toda tentación exterior. ¡Qué Dios le bendiga!

Amen

la ceremonia seguia su curso normal, demasiadas caras conocidas, dos grandes amigos oficiarian la ceremonia, su querido Edu y Cuarte, cuanta emocion sentia, ojala hubiera podido abrazarles y contarles lo bien que estaba con San Pedro, vio a su pelirrojo, tan guapo y servicial como siempre cuantas ganas de abrazarle y besarle le vinieron al verlo entrar, tantos amigos... la muchacha sintio deseos de correr a cada uno de ellos y abrazarlos, les extrañaba a todos, en demasia, mas aunque hubiese deseado abrazarles, un espiritu jamas seria visto ni sentido, aun asi se situo al lado derecho de Igor, mas su olor nauseabundo, el que jamas lo abandono, la hizo moverse a otro sitio.

se ubico al lado del novio, mas que mal, en algun momento habria sido la madrina, de no haber tenido ese ataque al corazon que habia acabado con su vida.

di que si, di que si -decia al oido del novio en cada pregunta.

una cara conocida tras una frondosa barba entro en el lugar con algo de alboroto, tal como hiciera con el novio antes de llegar a la iglesia, se movio hasta el lugar donde estaba Paboro y le dio una gran colleja, que tampoco sintio, pero que revoluciono su cabello, se acerco a su oido y le susurro.
estas son formas de venir a una boda! Paboro??? como se nota que me extrañas - dijo a tiempo que reia volviendo hasta el altar.

cuando respondió la madrina, la bella Lulu, no pudo resistir sus ganas de decirlo y a viva voz grito
YO TAMBIEN OI!! - mas nadie la escucho, solo un viento helado paso por el costado del novio hacia el celebrante a quien tambien se le movio la sotana.

cuando se pregunto si alguien se oponia, su mirada se dirigio hacia la asamblea, pobre del que quisiera interrumpirla, porque seria su ultimo alito que emitiria sobre este mundo.

la tos de Igor la distrajo y se movio a su lado enviando un soplido que casi lo dejo sin poder respirar, nadie, ni Igor, interrumpiria ese momento...

vamos cuarte!! acaba de una vez este bodorrio que queremos pastel!! - susurro sin que nadie pudiera escucharla nuevamente

El día había comenzado muy temprano. Era un día muy importante: para Irisbel, para su madre, para Feiniel, que hoy se convertía oficialmente en su padre (aunque en su corazón ya hacía tiempo que lo era), y para el resto de familia y amigos.

La niña se levantó con las primeras luces del día y se escapó al vergel, su rincón favorito de Valencia desde que se mudó y también por todas las cosas que habían acontecido allí. Era un lugar donde respiraba paz y le hacía sentir una cierta melancolía.
Al fin ha llegado el día! - pensó mirando al cielo, recordando con nostalgia a aquel que aún moraba en su corazón.

Cuando se dio cuenta de que las horas habían pasado demasiado rápido, pensó que su madre debía estar preocupada buscándola y salió a la carrera perdiendo toda imagen de dama que hubiera podido dar alguna vez.

Al llegar a casa todo fue correr para acicalarse, recibir a familia y amigos y marchar hacia la catedral.
Irisbel se sentó junto a su familia, bien cerca de los novios para no perderse detalle. Su madre estaba radiante, brillaba con aquella luz que solo el amor hace resplandecer. Y su padre, Feiniel, no brillaba menos.

La niña, casi una muchachita en ciernes, había tratado de comportarse bien durante toda la ceremonia. Hoy tenía una misión muy importante que cumplir y quería que sus padres se sintieran muy orgullosos de ella.

Al oir las últimas palabras de sus padres ya convertidos en marido y mujer, buscó en su pequeño bolsito revolviendo el interior con nerviosismo…
Encontró un pequeño objeto redondo. Siguió buscando cada vez más nerviosa. Parecía que todo el mundo la estuviera esperando pero no encontraba el segundo.
Al final, desesperada, vació todo el contenido del bolsito con en el banco hasta dar con lo que buscaba y sin más se dirigió orgullosa hacia su padre para hacerle entrega de los anillos que los unirían hasta el final de sus días.

Irisbel se acercó a su padres lentamente, consciente de las miradas que se iban fijando en ella. Sonrió a su madre con cariño y luego se acercó a su padre.
Cuídamela bien siempre papa – le susurró emocionada y le dio un ligero beso en la mejilla. Luego le entregó las dos alianzas, una blanca y otra azul, y se situó al lado de Lulú.

Faifolk no había hablado mucho. Se notaba que en las festividades, y entre la gente principal, no tenía muy claro cual era su sitio. Sin embargo sonrió ante la amabilidad de la señora Lirdi, a la que acompañó en todo momento. Al fin y al cabo su obligación era proteger a la señora de Segorbe, y a dicha obligación se comprometió durante toda la ceremonia, mirando de vez en cuando a las entradas y comprobando que toda la seguridad del lugar fuera la adecuada.

En todo caso el capitán, y prefecto del reino, era también un hombre cortés, y como tal saludó al caballero Philip, así como a la dama Lilyan, y luego observó la ceremonia. Con una sonrisa vio que estaban igualmente presentes no sólo la dama Elhanyan y la dama Ladyraquel, a las que saludó con cariño, también su querida madrina Crimea, a la que sonrió, tocándose la imaginaria ala del sombrero, e inclinándose ligeramente.

Luego... la ceremonia. Las palabras del oficiante, y de los esposos, oficiantes también de la ceremonia. Conocía mejor a la dama Tadeita que a Lord Feiniel, pero en todo caso esperaba que fueran felices, tanto como se merecían, que era mucho.

Sentado al lado de su prometida escuchaba atento cada palabra que se dedicaban los novios. Miraba fijamente a tadeita por si , en un momento dado , se arrepentía y debian poner en marcha el plan b pero nada , no habia sombra de arrepentimiento alguno osea que se relajó de nuevo en su asiento y y tomó la mano de su futura esposa.

Bueno cariño ,parece ser que no va a hacer falta tomar medidas contra Fei. Si al final no me queda otra que tenerle gran aprecio.

Sus primas le miraban de reojo , esperando que el Jones se comportara como debiera y él las miraba divertido.

Tranquilas primitas , ya esta todo bien.

En cuanto terminase la ceremonia iría a felicitar a los novios, bueno pediría a Wen que se los presentara ya que no tenía el gusto de conocerlos.
Miró hacia un lado y su cara se iluminó, ahí estaban Lady y Valerius, cuanto se alegraba de encontrar caras conocidas. Valerius volvió su cabeza y encontró la cara sonriente de Isol, ésta levantó con cuidado la mano como pequeño saludo... en ese momento recibió un pequeño cosazo de Wen - Ups lo siento, estaré atenta je.- sin dejar de sonreir a su amigo.

Sonrio a Tadeita al sentir deslizarse la alianza en su dedo. Tomo la mano izquierda de Tadeita con delicadeza entre la suyas deslizando por su dedo anular la alianza blanca, al tiempo que decia- Con esta alianza, símbolo de nuestro amor, unimos nuestras vidas hasta la Eternidad

Le sonrio, soltando su manos y la rodeo con sus brazos, sin pensarlo dos veces, la inclino hacia atras en sus brazos al tiempo que sus labios se posaban sobre los de ella en un apasionado y calido beso, como sello de toda la ceremonia marcando asi el dia mas feliz de su vida

Elhyta cuchicheaba con Lady sobre la próxima boda mientras atendía a los novios que ya se intercambiaban anillos y al fin!!...El Beso!!

La dama esperó a la finalización y levantandose de su asiento dijo en voz alta y aplaudiendo, para que escuchen los desposados: ¡¡Vivan los Novios!!

La ceremonia había terminado, emocionados los esposos, los invitados y todo ser viviente y etéreo, la alegría continuaría en la fiesta.
Tade y Fei recibían felicitaciones de todos los presentes, incluida Elhyta quien fue una de las primeras en abrzarlos y desearles toda la felicidad que ellos dos se merecían...y un poquito más también.

_Felicidades pareja hermosa. Que la felicidad y el amor reinen por siempre en sus vidas!!

Se termino, ya era hora dijo mientras estiraba las piernas para luego pararse

QUE VIVAN LOS NOVIOS!!!! Unió su grito al de la multitud que se congregaba en la catedral


Pensó en ir a saludarlos, pero tendría que atropellar a cuanto se le cruzara, y de seguro lo regañarían luego por eso, así que decidió quedarse parado junto al pasillo y saludar con un gesto cuando estuvieran cerca.


Los novios caminaban despacio entre tanto abrazo y felicitaciones de los amigos.


A este ritmo cuando llegue a la fiesta el vino ya será añejo dijo para si y una risa escapo de su boca.


Saludo con un gesto a los novios, que no creía que lo hubiesen visto y salio disparado por el pasillo del costado antes que el tumulto le impidiera salir por la puerta.


Quería llegar primero a la fiesta para esperarlos allí, y de paso ir degustando los vinos de Betera.


Por pensar en otra cosa no vio a una jovencita de cabellos rubios, delgada y de mirada picaresca con la que trastabillo.


Se levanto bastante molesto y miro a la jovencita. Otra vez tu? dijo pero se contuvo de decir que lo había despertado.


Se sacudió un poco y siguió caminando para afuera, y la niña lo seguía de cerca como para reprocharle algo.

Lirdi miraba con atención la ceremonia, cuando llego el momento de los votos sonrío divertida… Se acercó a Faifolk y le susurró, -¡Vaya que han sido muy originales los votos de los novios!-

No se tardó el momento del gran beso, y poco después se escuchó un “Vivan los novios” en toda la gran catedral.

Elhy se levantó enseguida a abrazar a los novios, Lirdi no tardó en ponerse de pie también… Tomó de la mano a Rosaura, para no perderla en el camino, pues sabia que no se iba a quedar allí sentada.
-Venga Capitán, saludemos a los novios.- Dijo invitando a su acompañante.
La pequeña Rosaura, tomó la mano del capitán “para que él no se pierda” y las siguiera…

Entre la gente, consiguieron llegar hasta la pareja.
-¡¡¡Enhorabuena!!!-
Lirdi abrazó a su amiga Tade, -Mi querida… me alegro tanto de que al fin llegara… Felicitaciones y disfrutadlo. Os merecéis esto y mas, mis amigos.- Dijo mirando a Feiniel y luego lo abrazó a él también, en medio del abrazo le susurró, -Recordad lo que me prometiste…- La dama rió…
-¡Ay! Os adoro a los dos, estoy feliz por ustedes…-

Tras ella, Rosaura se acercó a abrazara a la condesa y su esposo…

Nada más terminar la ceremonia y con la pareja ya felizmente casada, el revuelo fue tremendo, parecía que daban premio a los primeros a felicitar al joven matrimonio..
Rutgre se dió cuenta de que el haberse quedado en la parte de atrás de la Catrdral igual no fue tan buena idea pero ya no tyenía mucho más remedio.
Con Fabilla de la mano y la otra mano sobre el hombro de su hijo, se fué acercando poco a poco a los protagonistas de la jornada.
"Mi amor.." le dijo a su amada mientras cruzaban la nave principal, "mira a ver si ves a la niña por algun lado que ya me tiene precupado y no sé lo que estará haciendo.."
"Amor, no te precupes.." le contestó con una sonrisa y un beso "si Azul ha logrado sobrevivir todos estos años en una cueva, no creo que le pase nada en una Catedral."
Le devolvió el beso y dijo: "No.. si no me precupo por ella, me precupo por todos los demás.." y se rió..

En este momento, por fin, vió una cara conocida, era una de las Damas que lo acompañaron en el triste entierro de su hermano.
"Dama Lirdi," dijo mientras le besó ceremonialmente la mano ".. me alegra verla en una ocasión feliz y poder saludarla como se merece, temo que la vez anterior no me encontraba en mi mejor momento.
Me alegra ver que se encuentra ya repuesta de los percances de la guerra.. Se acordará de Fabilla que luchó valientemente al lado de mi hermano y del suyo, me ha hecho el honor de convertirse en mi novia.. Permite que le presente también a mi hijo, Sasu de Lucentum que recien he tenido la suerte de encontrar..

Sonrio a todos conforme se acercaban a saludarlos. Viendose de pronto rodeados por multitud de caras conocidas que querian felicitarles. Mientras Tadeita responia a Elhy, Feiniel saludo Lulu

Estoy seguro de que to corazonada sera cierta Lulu. Muchas gracias por todo lo que has hecho para que este dia sea perfecto -le sonrio mientras dejaba paso a otra dama- ¡Lirdi! -le devolvio el abrazo con entusiamo y le guiño un ojo ante su susurro- Cuando me alegra verte aqui. Y tambien a la pequeña Rosaura por lo que veo -dijo mirando a la pequeña y abrazandola como si fuera una mas de la familia. Posterior mente estrecho la mano de Faifolk- Me llena de dicha que hayais podido venir

La avalancha de felicitaciones proseguia y Feiniel respondio con entusiamos a todas las muestras de afecto que se sucedieron a su alrededor

En el momento en que los Condes de Alba bajaron del carruaje con sus respectivas armas y entraron al templo sagrado, ambos consortes se tomaron de los brazos y con paso pausado y decidido mas ligero se acercaron a uno de los bancos reservado a la nobleza en el más puro silencio, sin levantar las vistas del resto de invitados, a pesar de que ambos nobles difícilmente podían pasar desapercibidos.
La Condesa Elena miró a su marido, Molinieri, quien acariciaba su vientre con suavidad ante la reciente noticia del embarazo de su esposa, y sonriéndole con dulzura tomó la mano con la que él la acariciaba la disimulada barriga que indicaba su estado. Él le devolvió la mirada, cómplice y a la vez seductora. Ambos se hablaban en miradas. ¿Que qué se decían? Que estaban hasta las trancas de ceremonias, especialmente de bodas. Boda por aquí, boda por allá, bautizo después, funeral por último. Y como entremés, comilona. Por suerte su marido se levantaba pronto todas las mañanas para sacudir en las caballerizas una carcasa de vaca y después a correr detrás de Bigotes, mal rayo oxidao parta al puñetero gato en dos que todas las noches despertaba a la de Alba con sus marramiaumiau's nocturnos.
Apoyó la cabeza en el hombro de su marido. Estaba cansada y se le notaba, pero aquella era la boda de la Condesa de Bétera y por nada del mundo faltaría en su enlace matrimonial, más aún cuando fue la misma Tadeita junto a Skova quien se unió a Mahory d' Vinci para ayudar a la Baronesa de Jarque y a la Condesa de Alba.
Vio pasar a varios invitados, entre ellos a sus vecinos, los Señores de Valdecorneja. También a los que fueran Reyes de Valencia. Justo entonces recordó la muerte de la que fuera su Reina, sabiendo después que guardaba parentesco con Ximena I de Castilla y León, pues era su prima, y por tanto tenía sangre real. Sollozó ligeramente, dejando que sólo su esposo la oyese, y que en consecuencia la consolase con un tierno beso en la frente.
Evitó recordar todo mal recuerdo por no montar un escándalo, y cogiendo al Conde fuerte de la mano se incorporó y trató de atender la boda, pasando desapercibidos, como dije.

Los invitados llegaron poco a poco, y pronto la ceremonia comenzó. Tanto novio como novia se veían espectaculares, como es común en toda boda, y en el más completo silencio todos los invitaros dejaron que la voz del cura y los novios de la misma retumbase entre los pilares de la noble estructura de piedra, cuyas representaciones arquitectónicas evocaban la lucha entre el bien y el mal, y la victoria de Dios por sobre la bestia Sin Nombre en su más esplendorosa Gloria.
El suelo de mármol brillaba iluminado por los áureos rayos del Astro Rey, que encarcelados en el edificio vagaban de un lado a otro hasta iluminar el más recóndito lugar, embelleciendo la zona con los vivos colores de las vidrieras, que representaban a los Santos.
Pronto asomáronse las alianzas que unirían a los cónyuges, cual rayos de Sol en la penumbra de la noche, y más rápidamente aún ambos novios dijeron sus votos e intercambiaronse los anillos con tal de sellar lo dicho en vista de todos.

En cuanto la ceremonia terminó y la novia se acercó a saludar a sus invitados, los Condes de Alba alzáronse y acercáronse a la consorte para felicitarla, entregarla el regalo y excusarse antes de que saliera de la Catedral y huyera a... Bueno, a hacer de esposa.

- ¡Querida Condesa! -exclamó la supuesta y posible futura reina- Nos alegramos tanto de que hayáis contraído nupcias con el hombre que amabáis... -la sonrió, y deslizando su mano por su panza llevóla hasta un extremo, chascó los dedos y al acercárse seguidamente uno de sus sirvientes (vamos, a la vista estaba el traje con las armas de Alba) mandó que abriera un cofre- Tened, aquí os entregamos mi marido y yo aquestos presentes para que vuestro marido y vos los disfrutéis. Y disculpadnos, mas hemos de retirarnos, pues los deberes nos llaman en las tierras de nuestro condado. -sonrió a Tadeita, la cual se veía muy feliz, y abandonando la estancia tras los novios, todo su séquito y el resto de invitados partieron de vuelta a casa.

Mientras tanto, el criado, mantenía el equilibrio junto a la caja repleta de presentes y el baúl lleno de ropas para ambos cónyuges.

- Ya, claro, asín que voy incluío en el precio, já me mate... ¡Mal rayo oxidao parta a la Condesa!

- Pensaba iba a ser eterno... - Murmuró Zarek cuando el enlace terminó.

El mercenario, aún sentado en uno de los bancos más apartado, esperó a que la gran mayoría de invitados acabaran de agasajar a los recién casados y cuando lo consideró oportuno se acercó. Eso si, de mala gana y con el rostro agrio, como era costumbre en el muchacho.

- Enhora... ¿Buena...? - Pudieron oír los condes de Bétera.

Zarek miró a izquierda y derecha, asegurándose de que nadie le miraba, y entonces, aún con el rostro impasible, sonrió intentando -no con mucho éxito- ser agradable... Cuyo resultado final fue más semejante a una extraña mueca.

Prácticamente al instante volvió a enarcar la ceja y recuperó su actitud huraña y distante.

Los barones de Illueca, presenciaron toda la ceremonia, cara de impaciencia tenia Zebaz durante toda la boda, cada día hacían mas largas las ceremonias dejando a los invitados con la panza vacía, nunca aprendería, tenia que llevar con el un bocadillo de jamón para sacarlo a mitad de las ceremonias.

Viva los novios!! Viva los Condes de Bétera!! Gritaba a la pareja de reciñe casados, otra pareja que al igual que el y Marta sufrieron mucho para poder casarse, pero como todo en la vida, todo llegaba.

Vamos Marta, corre, corre que empieza el banquete y tenemos que coger buen sitio que cuando lleguemos son capaces de solo dejarnos las cabezas chupas de las gambas. Y para un día que nos invitan y no tenemos que pagar no nos podemos entretener. Decía con cara de angelito al ver la mala cara de la Baronesa, por intentar saltarse su dieta.
Pero antes que eso Marta le pido que fueran a felicitar a los recién casados.

Pero tenemos que ir ahora? No podemos esperar a después del banquete?
Y remungando y medio enfadao los barones se acercaron a felicitar a los recién casados.

Tras saludar a los novios, la Jones se cruzó con un hombre conocido.

-Querido Rutger, es un placer verlo. Y como dice usted en mejores ocasiones.
Afortunadamente ya me encuentro bien de las heridas de la batalla.-

El caballero le presentó a su novia y su hijo y la dama respondió,

-Un placer verla dama Fabilla, y me alegro que os encontréis bien tras la guerra. Y un gusto conocer a vuestro hijo querido Rutger.
Yo os presento a la pequeña que me acompaña Rosaura von Lahn, es la hija de mi marido. Y el caballero es Faifolk, Capitán de la Hueste de Segorbe.-

Tras las presentaciones y un poco de charla, la Jones dijo,

-Con su permiso caballero, dejaremos más lugar para que puedan pasar a saludar a los novios, que estamos un poco en el medio, y nos dirigiremos a la fiesta. Esperamos verlo allí.-

Y así, la familia Jones se retiró de la iglesia camino a la fiesta en las tierras de Bétera.

Salía de los últimos de la Catedral, con su inmenso pañuelo bordado en Segorbe, llorando a lágrima viva... emocionado... ahora vendría la luna de miel y le dejarían tranquilo en Valencia una larga temporada...

¡Gracias al Altísimo que se han casado ya!, ¡aleluya! se quedó de repente mirando a la lejanía... ¿esa taberna no estaba antes allí! supongo que no nadie me echará de menos hoy...

Arrastraba un enorme saco de arroz, que ató a Anacleta, su mula, espérame aqui, que nos vamos a Bétera en un santiamén... dejó en el cepillo de la caridad unos escudos encargo de los condes, guardándose unos pocos para inaugurar la taberna.... ¡aleluya!