Afficher le menu
Information and comments (0)

Info:
Unfortunately no additional information has been added for this RP.

[RP] Un día como ayer

Rose_de_anthares



- ¡Muevan esas piernas, holgazanes de primera! ya decia yo, meses fuera y os habéis vuelto un grupo de ... - y se mordió el labio para no decir lo que pensaba. Aquella mañana había ordenado a su capitán un pase de revista sorpresa y lo que había hallado no había sido de tu total conformidad.

- ¡¿Y se supone protegéis la villa y a mi familia?! ...os voy a dar una paliza! - repitió y repitió hasta que el sol ya cruzaba por el cielo en su medio día.

Hallandose los soldados, algunos sentados y otros sin poder moverse tras el ejercicio, la de Pern tomó la garra de agua que le ofrecia Maria, bebió un poco y el resto lo virtió sobre su cabello y cuello para apaciguar un poco el calor que ya por esos dias primaverales comenzaba a asomar con rapidez. Amarró su cabello, aquel día iba de camisa blanca, pantalones de montar y botas, habiendo dejado por completos vestidos para tener una mejor movilidad.

Cuando se disponía a volver con sus holgazanes soldados, apareció el Duque despues de su mañana de cacería. Venía con su escolta y el premio que había conseguido tras su ardua tarea. Se acercó hasta él secando con las manos el agua que aún recorría por su rostro, cuello y pecho - esposo mío, veo habéis conseguido un buen trofeo este día - éste descendió de sus caballo y cedió las riendas al mozo de cuadra - asi es - le respondió - y ha sido agotador, por lo que si me disculpáis querida mía, iré a refrescarme y descansar - repondió tras su tradicional beso en la mejilla, encaminando sus pasos hacia las puertas de acceso a una de las puertas que daba a los interiores del castillo.

La de Pern se rió y puso sus manos en sus caderas, pensó unos instantes en que su esposo había dejado hace mucho la vida militar centrando toda su atención en el comercio y los negocios. La idea que cruzó por su mente quizás no fue la mas acertada y le costaría caro luego, pero sin duda le proporcionaría la entretención, y de paso el ejemplo para sus soldados, que estaba buscando. Por lo tanto, decidió jugarse su hermoso cuello al instante.

- Claro, comprendo. - se acercó hasta él caminando - a vuestra edad... no estáis para sudores ni contiendas - le dijo susurrando y apartándose luego de él. Casi corriendo, cogió una de las espadas que estaban en unas mesas dispuestas con el armamento de entrnamiento - iré a veros luego, Duque, he de entrenar a nuestros hombres. Lo malo, es que seguro ninguno me hará ni la más minima sombra... -

_________________
Yustebv


La acostumbrada montería, aquella que realizaba una vez al mes si era posible, u otras en ocasiones especiales, había resultado buena y de bastante relajo para el Duque, ya que en estos tiempos de paz el espíritu guerrero se tornaba incontenible - o son un par de ciervos, o tendremos que buscar algún condado o principado que invadir – le decía sonriendo alegremente a Rodrigo, su leal secretario, mientras llegaban a las puertas de la ciudadela de Benicarló – os aseguro, excelencia, que más de un noble valenciano está pensando como vos – respondía el d’Estivella.

Y ahí ingresaba el duque, a su hogar y refugio, aquel lugar que le separaba de aquel mundo que a veces le sabía ciertamente tóxico, y acompañado de ese, para él alegre sonido de los ladridos caninos, respiraba profundamente por estar una vez más en su morada – dadles una excelente recompensa a las rehalas, que estos perros valen oro – indicaba el de Berasategui a su leal – y tratad con cuidado el cuerpo de este hermoso cervòl, que sino Dios me habrá de castigar por haberle cazado, y yo a vos por haber desperdiciado su muerte.

De repente, giró la mirada hacia los cuarteles, el brillante apolo golpeando con sus calurosos brazos a los nuevamente bronceados soldados, y, como si no fuera mucho castigo para la hueste aquel brillante y fuerte astro, ahí estaba su esposa, haciendo de implacable y temible entrenadora de sus huestes, feroz y fuerte, pero al mismo tiempo no podía evitar observarla enamorado como aquella vez primera, sin embargo, los años le habían enseñado que aquella mujer era tan fuerte como bella, por lo que se había ganado su completa admiración.

Y deseando mas suerte para la siguiente a sus vasallos, pensaba– ¿que habrán hecho de malo los soldados para que sea mi misma mujer quien los esté entrenando? - sonrió, mas trató de no mostrarlo a su señora e intentó pasar desapercibido luego de encontrarse con ella y refutarle su cansancio para irse a descansar.

Y así llegaron las palabras de la condesa, directo a su orgullo, cosa que ella sabía provocarían reacción en el duque. Tomó aire y se giró – ¿a mi edad, decís? ¿a mi edad? – dijo siguiéndole – nadie sabe mejor que vos, que a mi edad estoy en mis mejores cabales y en la forma que Dios manda a todo buen militar – caminó hasta estar mas cerca de ella – así que tomaré vuestras palabras como una afrenta, y a pesar de mi ocupada mañana, os daré un tiempo para acallar vuestra osadía y vanidad – dijo mientras se quitaba el chaleco de cuero y luego remangaba las mangas de su camisa – y para ser generoso con vos, no usaré ni siquiera mi propia espada – terminó de acomodarse las ropas y desabrochar algunos de sus botones - espasa per al duc!* - exclamó y pronto varios soldados se acercaban a él para entregarle un arma en pos de que, tal vez, sea el Duque quien cansara a su mujer y así les dejara tranquilos a ellos – y bien, esposa mía, así que buscáis algo de sombra... pues aqui teneís un roble – le decía sonriendo y retándole esperando se acerque al centro del ruedo que ya se estaba formando.

* espasa per al duc!
* espada para el duque!

_________________
Rose_de_anthares


- Asi que una afrenta, ¿no? - dijo moviéndose lentamente hasta dónde se hallaba el amor de su vida - Jamas he admitido generosidad alguna en el campo de batalla, mismo lugar dónde estáis vos ahora de pie como un roble.. y sobre mi vanidad y osadía, será este el momento donde la conoceréis en la forma de mi espada -

Alzó su mano señalando a que el círculo se cerrara. La de Pern no dijo más, sin embargo, su rostro lo reflejaba todo. No todos los días tenía la oportunidad de batirse con alguien excepcional a duelo, ni todos los días tenia la oportunidad de vencer a un hombre como el que ahora se presentaba frente a ella, dispuesto a ganar.

Miró de frente a su adversario y elevó la espada a dos manos por sobre su hombro derecho planeando la estocada justa para derribar y desarmar a su oponente. El de Berasategui se movía con ligereza, rodeándola y tratando de adivinar su próximo paso. A su alrevedor, la emoción de los soldados era evidente ya que de un silencio lapidario pasaron a demostrar signos de exaltación y emoción, poniéndose unos a favor del duque y otros a favor de la condesa.

Al fin, la condesa de Morella vió bajar la guardia de su adversario levemente, se emocionó con la sola idea de derribarle con un solo golpe y sin darse cuenta, ya había emprendido con fuerza la estocada hacia su costado izquierdo, pretendiendo desiquilibrarle y luego, con us segundo golpe a su espada, desarmarle.

Pero su emoción fue su error y su deseo de una gloria temprana. Craso error subestimar a quién ha sido y es, uno de los mejores militares que ha conocido valencia.

_________________
Yustebv


Y así comenzó la batalla, con un inicial ataque de la Condesa; sus golpes era buenos y casi certeros, sin embargo el Duque había aprendido como esquivarlos – nada mal, esposa, nada mal... eso si lo que queréis es enfrentar a nuestro pequeño Johan – reía a la vez que se movía a con agilidad a cada arremetida de ella. Los soldados vitoreaban cada ataque de la de Pern a la vez que algunos otros mostraban asombro de ver como el duque evitaba convertirse en brocheta.

De repente, la condesa parecía decidida a terminar esto de una buena vez, ella lanzó una fuerte estocada que hizo pensar por un segundo al duque en que a lo mejor quien pecaba de osadía era él, y no ella. Mas supo hábilmente jugar con el movimiento de la condesa y girándose para el lado derecho dejo que la espada de la de Pern pasara de largo. Entonces, era su turno; sin mas elaborado movimiento, golpeó certero la espada de la condesa con la suya de arriba hacia abajo, dejándole desarmada y con la espada en el suelo, y negando con la cabeza le decía – Señora, si queréis derribar a este viejo roble os hará falta más de lo que me estáis mostrando – sonreía mientras veía como la cara de la condesa iba cambiando a un tono de pocos amigos.

Le había hecho transpirar, si, pero no más que el cervòl rojo que cazó esa misma mañana, y con el astro rey haciendo brillar los metales a la vez que exigía mas a la resistencia de los contendientes, levantó él mismo la espada de la mujer y se la lanzó enterrándola en el suelo justo frente a ella – ¿continuem?, senyora* – volvió a ponerse en pose de guardia y hacíale seña con la mano para que haga su siguiente movimiento. La primera ronda había sido para él.

*¿continuem? senyora
*¿continuamos? señora

_________________
Rose_de_anthares


Al menos no oyó risa alguna. Si la hubiese oído de seguro hubiese sido más rápida que como lo fue con la espada para mirar al osado. Pero la unica burla que oyó fue la del duque de Berasategui.
Semi inclinada aún por el efecto y la fuerza vió su espada en el suelo. Suspiró y sí, esta vez estaba enojada. Los colores que sentía en el rostro no precisamente eran por el astro rey que parecía esta golpeando con fuerza a los contendientes o quizás ser uno más de los espectadores en aquel magno evento. Y claro, no cesó de burlarse, tenía a su haber la primera ronda.

La de Pern se quedó en silencio viendo el movimiento de la mano que el duque hacía él invitándola a continuar. Pero no, ahora si había sido herida en una de sus partes más débiles; su orgullo, y eso, si, había sido un error.
Subió sus mangas y acomodó todo aquello que pudiera distraerle, sostuvo la espada por la empuñadura y la alzo desde dónde el duque la había clavado.

Y qué mejor - pensó - que animarse con un poco de contacto. Alzó nuevamente la espada a dos manos, pero esta vez sobre su cabeza. Adoraba la eficacia de ese estilo y de él se sentía una de las pocas en toda Hispania con la experiencia suficiente para llevarlo al campo. Y este momento, el retador y contrincante, enemigo de su orgullo, sería la presa perfecta para tal demostración de habilidad..

Varios golpes dió al de Berasategui que éste supo bloquar con habilidad, cada vez iba dando más rapidez a sus movimientos y aplicando la fuerza del cuerpo en cada golpe, a cada dos de tres, cambiaba el golpe moviendo el cuerpo hacia la derecha y alzando la espada haciéndole defenderse de improvisto.
Se retiró unos pasos, observó el rostro cansado de su oponente quién comenzaba a sudar como era debido y aquello le arrancó una sonrisa burlesca del rostro. Fue fácil, el Duque arremetió con la espada inclinada hacia su izquierda, directo hacia ella para desarmarla, pero la de Pern paró en seco aquel golpe con su espada hacia abajo, haciendo que el Duque inclinara su cuerpo hasta ella. Cuando le tuvo lo suficientemente cerca, su antebrazo fue a dar directamente a su cuello con fuerza haciéndole perder no solo la espada sino el equibrio hasta caer casualmentem el un charco de agua.

Con la respiración agitada la de Pern cogió la espada del Duque y la clavó entre sus botas - Pues ya os he derribado, mi excelentísimo Roble. Decidme, tenéis más sorpresas o aquí hemos terminado. Tal vez debería a hacer llamar a nuestro pequeño hijo, así aprendería como se vence a un oponente con estilo y sin hablar demasiado -

Volvió a su sitio, por unos instantes el silencio se había apoderado del círculo cada vez mayor que les rodeaba, pero luego fue reemplazado por los vítores. Ella se sonrió, mucho, a conciencia de que él le observaba con cara de pocos amigos. La segunda ronda era inapelablemente suya.

_________________
Yustebv


El combate resultaba entretenido, la fortaleza y destreza de la condesa era magnifica. No se había dado cuenta de la situación, sino hasta que terminó en aquel charco, enlodado, como en antaño en aquellos campos de entrenamiento cuando aún era joven, sin embargo, estaba disfrutando tanto aquel duelo improvisado, y esto, que en otra ocasión si, esta vez no le causaba ningún fastidio. ¿Avergonzado?, no, pues un buen rival le hubo derribado – buen movimiento, condesa, punto para vos – decía a la vez que se ponía de pie y revisaba sus ropajes, que al final no terminaron tan maltrechos como para impedirle continuar – creo que me equivoque en poneros de contrincante a Johan, ahora os creo capaz para luchar contra nuestra buena Ederne – rió – quisiera ver si estáis preparada para enfrentar a Jokin – decía esto sabiendo que la condesa enfurecería aún más, pero aquello valía la pena por exigir de ella su mejor demostración militar, que precisamente era lo que el Duque quería; un buen contrincante en la lid.

Recogió su espada y caminó nuevamente hasta frente a ella – el duelo aún no termina, este árbol tiene buenas raíces – sonrió y se posicionó retando nuevamente a la de Pern – ¿y bien, aun tenéis fuerzas?– los soldados observaban inquietos por saber cómo terminaría todo esto.

_________________
Vladislav_dragula


Vlad estaba en la tercera fila de soldados cuando empezó el combate se acerco ya que nunca había visto un combate entre dos exponentes de la espada, con esta demostración aprendería muchas técnicas y truquillos varios que el sabia que algún día utilizaría ya sea en entrenamiento o un combate real.
Sumergido en sus pensamientos escucho que un soldado estaba de parte de la experiencia del duque pero Vlad dijo en un susurro que creyó inaudible:
-Si puede que nuestro duque tenga mucha experiencia en el combate pero la dama Rose es muy buena con la espada... yo no diría nada hasta que el combate termine mi amigo...

_________________
Rose_de_anthares


- ¡Basta ya con el bendito árbol! - gruñó la de Pern alzando su espada para ponerse en posición de contienda - Y las fuerzas me sobran como para venceros a vos y cien más como vos! - le dijo alzando la voz al mismo tiempo que la espada.

Y claro, le había hecho enojar de sobremanera. Si antes le había parecido una burla que le comparara con su pequeño hijo, que dijera ahora que le gustaría saber si podría vencer a su hijo mayor, era una osadía que no estaba dispuesta a permitir.

Esta vez se abalanzó sobre él con movimientos rápidos y ágiles, se movió no permitiendo que éste se acercara lo suficiente como para desarmarle y en varias oportunidades esperó, con una costosa paciencia, su ataque para neutralizarlo. Y siendo sincera, no tenía idea de cómo vencerle, estaba demasiado enojada como para pensar en una estrategia de victoria, más bien, solo ansiaba la victoria misma más que otra cosa.

En un momento los aceros se encontraron de frente, hoja contra hoja y midieron sus fuerzas. Aqui la de Pern tenía la desventaja dada su estatura y género, ambos se miraron de frente y pusieron la mayor de las fuerzas en contener el acero del otro para no perder la posición y permitir al otro un movimiento que pudiera desarmarle. Pero la de Pern iba retrocediendo y cediendo terreno, abandonado el piso de piedra para internarse en un área de tierra y barro.

No quiso distraerse pero podía sentir sus botas pegadas, sino avanzaba, acabaría mordiendo el lodo. Al parecer el Duque había notado aquel punto débil, giró su fuerza hacia el lado izquierdo pretendiendo su desequilibrio, pero con ese movimiento dejo libre el espacio de su pecho el cuál la de Pern rápidamente se aprovechó, cedió a la fuerza alzando su espada y con su pierna empujó el cuerpo del Duque hacías atrás. Pero eso no logró desarmarle por lo que , aprovechando el mínimo instante de distracción, la Condesa alzó su espada y con un golpe certero le desarmó.

Puso la hoja de su espada en su cuello y le miró a los ojos - Aquí ante vos están presentes mis fuerzas, Duque - retiró la espada de su cuello con una sonrisa, sacudió sus botas y volvió a su sitio a esperarle con la espada alzada para la batalla - solo os queda un movimiento, Duque, procurad aprovecharlo u os iréis con una derrota en la espalda -

Uno contra dos iba todo y estaba a unos pasos de vencer.

_________________
Yustebv


Esta vez se asombró, pues sus pretensiones de enfurecer a la fiera sobrepasaron sus expectativas, la notó realmente furiosa, mas con esto no la había subestimado, él sabía de lo capaz que era ella para las artes militares. Tal vez se había confiado, tal vez su mano estaba oxidada, o tal vez, simplemente fue el viento, pero la de Pern lo había vuelto a desarmar - pues esperemos que esto no termine tan pronto, señora mía - sonrió una vez más, aunque esta vez sin mucho exceso. Se posicionó en guardia.

Viendose una vez mas desarmado, sus siguientes movimientos no podían ser al azar, esta ronda sería decisiva.

_________________
Jokin_b


Jokin esstaba disfrutando con el duelo que los Duques estaban manteniendo, la pasión que ambos aportaban al arte y la disciplina que exhibian empuñando aquellas espadas.

El joven, aunque no frunció el ceño debía admitir que cuando su padre lo nombró, un manojo de nervios brotó desde su estómago ante la idea de tener que medir sus fuerzas con su madre, mujer en la que se reflejaban hito y bandera de lo refente al ejérciro en Valencia.

_________________
Rose_de_anthares


La de Pern se guardó su pensamiento. Por alguna razón la actitud calmada de su esposo el Duque hizo que se relajara un poco en sus deseos de que aquel duelo terminara y quedarse con la victoria.

Entre los tantos que ya rodeaban lugar se incluía su hijo Jokin a quién miró con seriedad y serenidad. Era un joven fuerte, pero sabia necesitaba mucho entrenamiento en varios aspectos de su vida. Era normal, no tenia una vida competitiva como la que tuvieron ella y el Duque, aunque estaba segura de a poco maduraría un poco más.

Agitando su cabeza volvió a su posición - Una vez más, de Berasategui - le dijo y tomó la inicitiava atacándole con su espada varias veces, algunas de ellas bastantes certeras que casi consiguieron la tan ahora poco deseosa victoria. El astro rey comenzaba a abrazar con más fuerza y aquello comenzó a cansar en demasía a la Condesa. Una y otra vez el duque supo esquivar su espada y con agilidad aprendió los movimientos con los cuales ya se habia ganado dos de los tres puntos necesarios para terminar aquella lid.

En un momento giró la espada en su mano, buscando un punto débil el cual aprovechar para dar su simulada estocada y ganar, pero justo cuando se disponía a llegar al pecho de su oponenente, éste se libró con un movimiento de su espada abriendo su defensa ydejando su pecho libre. No alcanzó a siquiera respirar cuando la hoja se hallaba sosteniendo su mentón.

Miró al de Berasategui con una sonrisa en los labios. Este punto había sido bien ganado y los llevaba a una última contienda de todo por el todo - Buen movimiento, Duque. Muy bueno - se retiró con las manos alzadas sin perder su espada hasta volver a su lugar. Ya ahí centró sus pensamientos, se olvidó del sol y de todo aquel que en ese minutos les rodeaba. No volvería a perder el instinto de batalla.

_________________
Johan_bp


Habia perseguido a aquella rana toda la santa mañana. Y justo cuando la tenia lista, ésta escapó por el ruido de unos gritos que provenian de algun lado del castillo - maldición! alguien me pagará el dia perdido, la rana era parte importante en mi plan contra el tonto de mi hermano -

Se encaminó cansínamente hacia donde provenía el bullicio y ahí, vió un círculo por el cuál se coló a duras penas hasta llegar al comienzo de éste. Tamaña fue su sorpresa al oir y ver aceros familiares en disputa - ¿Madre, padre? - se quedó boquiabierto. La adrenalina le subió por el cuerpo hasta llegar a su cabeza y explotar o un - Wowwwwwwwwwwwwwwwwwwwww! pero que chulo y emocionante! - comenzó a dar saltitos observando a sus padres en el terreno. De pronto se le cruzó en la vista a su hermano mayor; tenía cara de asustado - para variar... - pensó.

Cuidadosamente se acercó hasta él, ni fuera que el resto le empujara y fuerza cortado en dos por las espadas de sus padres. Cuando estuvo al lado de Jokin tiró de su chaqueta y nada mas tener la atención de éste le dijo - Seguro eventos como éste os atemorizan, ya desearía yo tener más años para echaros en cara lo "señorito" que sois - sacó un caramelo medio sucio de su bolsillo y comenzó a jugar con él entre los dedos sin quitar la vista de sus padres - yo seré como ellos y solo daré honor a mi familia... no como otros - y rió mirándole de soslayo.

Como Jokin le miraba con cara de pocos amigos, se aprovecho y le pegó el dulce sucio en la chaqueta - ¡animo padreeeeeeeeeeeeeee, poned en su sitio a Madre!, ¡enseñale quien es la mejor madreeeeeeee! - animaba gritando a ambos divertísidimo, aunque ya no sabia si era por la lid o por molestar a su hermano.

_________________
Yustebv


La última ronda le resulto favorable, tal vez por azar, tal vez por destreza, de todas formas, por la adrenalina del combate, en aquel momento él no podría haberlo distinguido – este combate está parejo, Condesa – le decía a la de Pern mientras su agitación era ya evidente, después de todo aquel encuentro resultaba bastante exigente, y con tamaña contrincante no iba a ser menos – Y con todo cuanto me habéis dicho y retado para comenzar este duelo, os digo, con el gran respeto y amor que os tengo, que no seré condescendiente yo con vos – se iba posicionando frente a ella – así que demostradle a este árbol que vuestras ramas son mejores, y poned todo vuestro empeño en ello – le sonrió y se puso en guardia.

Al combat! – exclamó el duque y se lanzó a ella con golpes de su espada desde arriba queriendo romper su defensa, mas la fortaleza de la Condesa no sería tan fácil de romper, y aquello él lo tenía muy claro. Tras esto, relajó sus movimientos y se puso en guardia rondando cuidadosamente la posición de la de Pern, a la vez que ella hacía lo mismo con él tanteando que movimientos hacer y cuales no – este combate, esposa mía, no lo he de perder – sonreía mirándole atentamente a los ojos.

De pronto, arremetió con una estocada al costado derecho de la condesa, estocada que fue bien defendida, y rápidamente empezó a lanzar golpes laterales de derecha a izquierda con el objetivo de cansarla, los roces de las espadas provocaban aquel estruendo que tenía en vilo la atención de los soldados, un par de giros atacando y la condesa seguía con firme defensa, y nuevamente, sin querer parar, el duque atacó de lado a lado – es tiempo, señora mía – dijo sentenciante, a la vez que tras los golpes laterales volvió a atacar desde arriba, y después de cuatro de estos golpes fuertes, ambas espadas se contuvieron la una a la otra y ellos quedaron frente a frente haciendo fuerza para ninguno ceder, y, pues, ninguno quería hacerlo. Se miraron agitados y con la transpiración propia que el esfuerzo y el brillante sol les exigía, pero todo esto en algún momento debía terminar – no pude haber elegido mejor esposa, ni mejor rival – le dijo aún sonriendo agitado, y pegando un salto hacia atrás dejó que el peso de la espada de la condesa y la presión que ella ejercía le hicieran avanzar por fuerza hasta adelante y perdiera así la estabilidad, y cuando esto sucedió, audazmente lanzó una estocada enredando la espada de la de Pern con la de él y luego de hacer algunos giros con las espadas, tiró a un costado con fuerza la de ella logrando desarmarla al fin.

Agitado y casi agotado por aquella ronda, llevó la punta de la espada hasta el costado del cuello de la mujer – este árbol aun da buena sombra – sonrió y haciendo un muy ligero y cuidadoso corte con la espada le desprendió de un pequeño mechón de cabello que al caer tomó rápidamente con una mano – este mechón será mi trofeo, el cual podréis reclamar en revancha cuando deseéis, pero, puesto a que es de quien mi corazón ama ardiente y fervientemente, sabed que lo defenderé con todas mis fuerzas y dispuesto a dar mi vida estoy por ello – enterró la espada a un costado y tomó la mano de su esposa, la llevó hasta su rostro e inclinándose ligeramente se la besó – aunque os haya ganado este combate, vos gobernáis sobre mi corazón y ante ello me rindo yo a vos, señora mía – volvió a mirarle frente a frente, sonriendo y agradecido por tan buen combate, y a posterior retrocedió para hablar– el mejor vino y cordero para todos los que me arengasteis! Y que sea cerveza y pollo para los que no! – exclamó con alegría al final de todo lo acontecido. Estaba feliz, y aquello le brotaba por la piel… aquel día resultó como uno de ayer, de ese ayer que siempre estaría latente en sus memorias y en el corazón.

_________________
See the RP information
Copyright © JDWorks, Corbeaunoir & Elissa Ka | Update notes | Support us | 2008 - 2024
Special thanks to our amazing translators : Dunpeal (EN, PT), Eriti (IT), Azureus (FI)