Afficher le menu
Information and comments (0)
<<   <   1, 2, 3, ..., 31, 32, 33   >   >>

[RP] Desde las murallas

Moreno91


Subió las encaracoladas escaleras de la torre hasta subir a lo alto de las murallas.
-¿como va eso compañeros?-Preguntó a los centinelas de la muralla.
Todos asintieron con la cabeza dándole a entender de que todo estaba en orden.

Se recorrió toda la muralla a paso lento mirando al pueblo donde a los habitantes desde esa altura parecían hormigas , los Arboles empezaban a echar sus primeros brotes, no cabía duda de que la primavera se acercaba.

_________________
Valjala


Estaba anocheciendo, valjala salió de casa, cerró la puerta y se dirigió a la muralla, subió arriba y vio a Cayetana en el campamento, la saludo con la mano y una sonrisa, empezaba a hacer frio y se tapo con la capa, miro todo el pueblo, la poca luz que lo alumbraba le daba un aspecto precioso, el brillo del lago a lo lejos, respiro hondo, ese maravilloso olor que empezaba a surgir en cape con la primavera, miro al puerto y vio el barco, es hora pensó, bajo despacio la muralla y se dirigió al puerto, antes de subir por la pasarela volvió a mirar atrás y suspiro, hacia 3 años que no salía de Caspe y la sensación era muy extraña

_________________
Kossler


Las semanas pasaban, y todo continuaba imperturbable. El tiempo cambiaba sí, pero las sensaciones nunca habían variado mucho a lo largo de la vida del Ducado de Caspe. Caspe nunca había conocido la paz. Había conocido algo similar, probablemente, lo que el Marqués conocía cómo tiempo entre guerras. Las cosas aparentemente estaban calmadas, la vida era normal. Sin embargo, en algún lado, alguien maquinaba, conspiraba, o planeaba los movimientos venideros. En ésta zona, cuándo una guerra se terminaba ya se empezaba a preparar la siguiente porque se sabía de antemano que, tarde o temprano, llegaría.

Lo mismo sucedía ahora. Caspe llevaba tiempo preparándose para una próxima confrontación, que se avecinaba segura y certera. Y al parecer no se iba errado del todo, pues los últimos hechos lo confirmaban. Se apresuraban tiempos turbulentos e inciertos para todos.
Sin embargo, por alguna razón, la guerra que silenciosamente ya había empezado parecía librarse hasta el momento en un lugar singular. En los despachos.

Llegó en sus pensamientos a la parte de la muralla dónde se había situado aquél atardecer del 11 de abril de 1458, más de tres años atrás. En aquél instante, desde lo alto del muro que albergaría la esperanza de libertad de tantos ciudadanos había previsto la llegada del enemigo. De nuevo desde lo alto tuvo la misma sensación. La primera vez tuvo miedo, pero ahora no. Caspe estaba acostumbrada a la guerra. Tuvo que acostumbrarse a la fuerza. De no haberlo hecho, sin la protección de nadie, y completamente sóla hubiera sucumbido.
Pero no lo había hecho y con su presencia imponente y segura seguía desafiando a aquellos que tuvieran la osadía de lanzarle el guante.

Sin embargo, no se lanzaba el guante. Se lanzaban papeles, comunicados y leyes.

_________________
Valjala


Poco había durado su viaje, valjala había vuelto precipitadamente debido a los acontecimientos ocurridos, esta vez subida a la muralla comprobaba el nuevo estado de la ciudad, franca, otra vez franca, antaño por causas del puerto y los aragoneses y ahora por los catalanes, en el aire se podían oler los manzanos el buen tiempo llegaba y con él las cosechas y la alegría de la gente del pueblo, al darse la vuelva vio a alguien que conocía vociferando en la plaza , movió la cabeza y suspiro, como era posible que la gente fuera tan hipocrita, alzaba la voz contra quien la había hecho porque no le quedaba otro remedio, miro a Cayetana que agarraba su arma con tanta fuerza que desde allí arriba podía ver sus nudillos blancos, la hizo un gesto con la mano para que se tranquilizara y la indico que se encaminara a la taberna, había llegado la hora, muy a muy pesar había llegado la hora, por fin las mascaras caían

_________________
Kossler


Un mes había pasado desde que había visitado aquellas murallas. Apenas unos trozos de piedra y roca, pero testigos vivientes de la historia de Caspe. ¡Cuantas cosas habían sucedido dentro y fuera de esos muros! Habían logrado resistir lo que muchos hubieran dado por perdido. Sin lugar a dudas, eran un ejemplo para la ciudad de que nunca se debía dar por rendida una situación, por difícil que se presentara.

_________________
Longestic


Como todas las tardes el señor de negro iba a la muralla a ver el ocaso del sol, y de paso hacia la ronda para ver si los soldados cumplían con sus obligaciones de estar vigilando el horizonte.

Se sumaba otro día con demasiada calma, ni un alma dislumbró durante el día por el horizonte, ni mercaderes, ni vagabundos, ni siquiera a los defensores fragantinos que alguna vez se dejaban ver por la raya que dividía los territorios.

La oscuridad de la noche estaba cada vez más cerca, se empezaba a sentir aquel viento fresco que se levantaba y que aliviaba el calor del día, el siguiente turno de guardias llegaba para relevar a sus compañeros y que éstos pudieran disfrutar en las tabernas o en los burdeles de la villa.

Otro día cerrado, y un amanecer cercano iba a comenzar a llamar a las puertas de la oscuridad.

_________________
Kossler


Años después del inicio de la guerra de la independencia, con la magnífica vista que se divisaba desde aquellas murallas que habían cumplido un papel crucial en su época; el puerto de Caspe, todavía cubierto de toldos afrontaba ya las últimas reformas y retoques que concluirian con su ampliación final, que lo converteria en un puerto comercial de referencia en el Ebro.

Desde allí veía las obras, que terminarian con la inauguración del puerto, el próximo viernes.

_________________
Lisyus


Con los brazos aun vibrando despues de haber pasado un dia en la forja, el loco se pasó por las murallas.

- Mira tu, hacia tiempo que no me pasaba por aqui. Hay que ver las vistas que tiene, no me acordaba de eso.
- Ni yo de esa mancha de sangre reseca que esta al lado de tu pie, piltrafilla. Es la que derramaste cuando te atacó aquella mujer, la que casi te mata el primer dia.
- ¿No me abandonaras nunca?
- No, lo sabes bien.
- Ojala nunca te hubiera conocido
- Muahahahaha. Algun dia claudicaras piltrafilla, algun dia

Y mientras hablaba consigo mismo, escuchó pasos en la escalera

Longestic


El Duque de Caspe se acercó el día de navidad por las murallas a felicitar las pascuas a los soldados que les tocaba el turno de vigilar las fronteras de Caspe. El de negro no se encontraba bien, llevaba unos cuantos días medio enfermo sin salir de su residencia, pero aquella tarde se encontraba más o menos bien y decidió acercarse a la muralla a que le diera el aire un rato y ya de paso dejarse ver.

Subió por unas de las escaleras de la muralla hasta arriba, el aire soplaba algo fuerte y venía demasiado frío pero por las fechas que eran, erá lo más normal. El de Linares caminaba por la cumbre de aquellas rocas mientras sentía el aire soplar, se recorrió la muralla entera y al terminar se apoyó durante un rato en una piedrá que allí se hayaba.

Al rato de estar allí observando las estrellas y el horizontes, el Duque de Caspe volvió a palacio a resguardarse de aquel frío invernal a la luz de la chimenea y a seguir recuperándose.

_________________
Eloli1




Había pasado mucho tiempo desde que Eloli había recorrido el lugar y esta vez ya no había subido con la misma sensación que otrora, el viento era muy frío y le azotaba la cara pero no alcanzaba para hacerle olvidar el malestar que le recorría por todo el cuerpo.

Se habían precipitado una serie de acontecimientos que con la destitución del Duque de Caspe y la desaparición de este habían generado un vacío de poder jamas imaginado.

Dejó de caminar por el adarve y se recostó en una almena sumido en una interminable serie de pensamientos dirigidos todos al análisis de los hechos y no lograba comprender como se invocaba el apoyo del Consejo Ducal que integraba para fundamentar las acciones de uno de sus connotados miembros cuando en realidad tanto el como los demás Consejeros habían sido ignorados por completo para la toma de decisiones.

Todo estaba cambiando en el Ducado Libre de Caspe y quizá se encaminaba a dejar de ser tan libre e independiente y esa idea no le gustaba en absoluto. Sin darse cuenta había comenzado a caminar nuevamente era necesario encontrar la verdad y esa tarea además de ardua amenzaba con ser estéril.

_________________
Juli


El de Lancrex no daba crédito a lo que había visto la noche anterior y eso que lo había visto con sus propios ojos. Nunca pensó que los traidores llegaran a tanto pero si. El ejército ilegal de los insurrectos había atacado la ciudad y sus gentes. Afortunadamente los buenos ciudadanos del ducado siempre estaban preparados y habían conseguido darles una buena tunda, haciéndolos retroceder hacia tierras aragonesas.

-Con la de años que llevan aquí, los traidores deberían saber que los Caspolinos no toleramos ejércitos ilegales que nos amenacen ni nos ataquen-pensó

Miró a su alrededor y las murallas, que nunca habían dejado de estar vigiladas, rebosaban de actividad.

-¡Caspolinos! ¡Lucharemos hasta el final! ¡Por mas que nos ataquen los rebeldes resistiremos una y otra vez!

_________________
Pepiseum


Pepiseum regresaba con su mula a su cciudad, Caspe. En el llano, cerca de la ciudad, vio como el ejército de los Dragones descansaba como siempre. Los centinelas oteaban hacia la lejanía, sabiendo cubierto su retaguardia por las murallas de la ciudad que defendían.

Cuando llego a la altura de uno de los centinelas, le saludó y estuvo charrando un ratico largo, entonces, desde la retaguardia les llegaron sonidos metálicos, y vieron horrorizados como los defensores de Caspe estaban atacando a traición al ejército que les protegía. El centinela salió raudo a despertar a todos los soldados que aún no se habían enterado del estraño suceso.

El pobre Pepiseum, cogió a su mula y se retiró hasta mantenerse alejado de tan espeluznante espectáculo.
Kossler


El ejército, desorganizado tras el combate había permanecido dos días fuera de Caspe. A la mañana del tercero, un pequeño destacamento de hombres, que no llegaban apenas a la media docena, habían acampado a las afueras de Caspe.

Hubiera sido fácil salir y masacrarles a campo abierto en aquél momento. No contarían con el factor sorpresa, es cierto, pero ellos no habían construído barricadas ni empalizadas, ni siquiera habían dispuesto picas para evitar un hipotético ataque de caballería. Básicamente, porque no tenían hombres que lo hicieran.
Sus apoyos se reducían a ellos mismos.

-Nada de esto tiene sentido. -Suspiró apoyado débilmente en una de las almenas de la cara norte, con la vista fijada en el crepitante fuego del campamento enemigo.

Enemigo, desde hacía pocos días. Aún no había terminado de asimilar la razón de semejante traición por parte de aquellos que habían sido antaño sus compañeros. Hombres y mujeres con los que había luchado y sangrado por Caspe. Ahora, ellos eran quiénes desgarraban las entrañas de Caspe y permitían que se desangrara.

Sin embargo, Kossler siempre había sido de aquellos hombres que creían que la sangre sólo podía pagarse con sangre y no debía ser diferente esta vez, llegado el caso.

Apenas un día después de su toma del poder, el Duque había entendido su razonamiento, aunque se había mostrado disconforme en ciertos aspectos y había prometido reprimiendas. Sin embargo, no lo había privado de su cargo, de su honor y sus privilegios, ni mucho menos de su cabeza. Eso significaba, que no le consideraba traidor a él, sinó a los hombres que a fuera se hallaban.

Meditó unos instantes, ordenando los pensamientos que cruzaban su mente veloces como las estrellas fugaces de la noche de San Lorenzo. Tomó aire, y pensó si esperaban que alguien les abriera las puertas. Tal vez tuvieran todavía aliados en la ciudad. Decidió que redoblaría las guardias en las puertas principales, y para mayor seguridad, atrancaría las secundarias.

Y decidió que esperaría.

_________________
Batsheva


El día de su llegada se había cruzado en camino con un batallón maltrecho y destartalado. Apenas prestó atención, esos días en los caminos una se podía encontrar cualquier cosa. Fue al llegar a la puerta de su casa, cuando tuvo que quitar una maraña inninteligible de comunicados cuando comprendió lo que había visto.

Después de recoger el poco maíz que le quedaba, se puso a hornear panecillos como una loca, y con una cesta bien cargada, se dirigió con pauso raudo a las murallas, aquel iba a ser otro largo día.

-Si es que una no se puede ir de vacaciones sin que se arme un circo-murmuró al llegar-Vecinos, que no se diga de los caspolinos, que ni en estas hay que dejar de disfrutar el buen yantar

-¡Ni el buen yuntar!-gritó alguien y todos le rieron la gracia.

Se puso a repartir panecillos y vino (hábilmente sustraído de bodega ajena) y a saludar a amigos y conocidos. Cuando la tarea estuvo terminada, dejó el cesto a un lado y se asomó por una de las almenas.

-Conocida vuestra torpeza, yo no me arrimaría demasiado-oyó a alguien a sus espaldas.

_________________
Siresku


El ejército pudo por fin entrar en Caspe, en casa. Siresku todavía no se creía lo ocurrido hacia unos dias, atacados por donde nunca lo esperarian, por la retaguardia, confiados al saberse defendidos por los que al final les atacaron, los mismos defensores de Caspe, capitaneados por el destituido general y usurpador del Ducado, Kossler.

Siresku escoltaba a los heridos, entre ellos su propio hermano y consejero del Ducado. Aún no habían podido contactar con el Duque, y eso que habían mandado un mensajero al palacio Ducal, pero éste aún no había regresado y entonces fue cuando sucedió el ataque.

Ahora tocaba tranquilizar a la población, que habia visto como los defensores habían salido de las murallas para atacar al todavía dormido ejército a traición....
See the RP information <<   <   1, 2, 3, ..., 31, 32, 33   >   >>
Copyright © JDWorks, Corbeaunoir & Elissa Ka | Update notes | Support us | 2008 - 2024
Special thanks to our amazing translators : Dunpeal (EN, PT), Eriti (IT), Azureus (FI)