Ordenalfabetix
Ordenalfabetix estaba terminando de recoger los objetos necesarios cuando entró Gabriel.
- Ah Gabriel, te estaba esperando. ¿Te han puesto problemas los dragones para entrar en la ciudad?
- No amo, han reconocido a Curro y lo han dejado pasar. Pero se nota que estan haciendo guardias en las murallas. Creo que no habra mucha vigilancia en las mazmorras. Parece que esperan un ataque
- Esta bien. Toma, coge estas sacas -dijo entregandole un par de ellas- y avisa a Susana que nos vamos.
- Si amo
Cuando Ordenalfabetix llego a la puerta ya estaban los masajistas esperandole. Vestidos con ropas discretas y oscuras, salieron al amparo de la noche.
Tuvieron que rodear dos manzanas de casas buscando las calles mas oscuras. Estuvieron a punto de tropezar con una patrulla, pero por fin llegaron al cuartel de los Dragones. Ordenalfabetix cogio una saca, Susana la otra, y a una señal de su amo, Gabriel se fue. Mediante una estratagema consigio apartar de la puerta a los dos guardias el tiempo justo para que Susana y Ordenalfabetix pudieran pasar. Susana ya se conocia bien el camino y las estancias del cuartel, por lo que no tuvieron muchos problemas para llegar a las desatendidas mazmorras. Los Guardias eran mas necesarios vigilando el exterior de las murallas.
Un golpe, una amortiguada caida, una venda y una mordaza inmovilizaron al unico guardian. Ordenalfabetix le cogio las llavers al guardia... y entraron en la celda.
Lisyus estaba durmiendo, encadenado a la pared. Cicatrices en las muñecas y sucio. Susana sacó un frasco de una de las sacas, y un paño que impregnó. Le tapo la nariz y la boca fuertemente, y aunque al principio Lisyus opuso un poco de resistencia, al final se durmio.
Susana miró a Ordenalfabetix, y ante su asentimiento, ella saco varios frascos. Este mezclo algunos creando un ungüento. Con él embadurnó el vientre de Lisyus, los ojos, la nariz y el ano. Luego cogio al moribundo perro e hizo lo mismo. Colocó el perro sobre Lisyus, extendidos, cara con cara... y empezó a recitar en una lengua extraña*
- Gran Loki, controla la ira de Fenrir, tu hijo
- Poderoso Thor, separa la ira de Fenrir del cuerpo de Gervasio, mi hijo, y vuelcala en esta criatura.
- Odin padre de todos, restaura el cuerpo de Gervasio, mi hijo.
Una luz ilumino brevemente la estancia, mientras una oscura bruma pasaba del cuerpo de Lisyus hacia el del perro. Tras un minuto, y en un perfecto aragones dijo
- Que la gloria de Dios todopoderoso, Christos su unico hijo, y Aristoteles el profeta, protejan a mi hijo Gervasio y lo guien en el camino de la sabiduria y la paz.
- Pasame el agua bendita, rapido.
Susana se puso a buscar el frasco.
- ¡Señor no la encuentro!
- ¡Trae! -le dijo casi gritandole-
Ordenalfabetix le arrancó de las manos las sacas, busco en ellas, y no la halló.
- ¿Le dijiste a Gabriel que la trajera?
- Si amo, fue lo ultimo que cogio de casa y lo metio... ¡en sus bolsillos!
Ordenalfabetix, desesperado, cogio la escudilla que le traian para beber a Lisyus que tenía aun un poco de agua. Rezó una oracion, hizo una cruz sobre ella... y suspiró
- Espero que por el bien de Gervasio, esto sirva.
Aprovechando bien, limpió el cuerpo de Lisyus, pero cuando fue a hacer lo mismo con el perro, vio que le quedaba muy poca. Empezó a dudar que parte del cuerpo limpiaba cuando Susana dijo
- Amo, se oyen pasos
- ¡Maldicion, aun falta la criatura!
- ¡Debemos irnos señor! ¡Ahora!
De mala gana, Ordenalfabetix recogio todo, le paso las sacas a Susana, libero a Lisyus de las cadenas con las llaves del guardia, y cargó con su hijo. Mientras salian de la celda, Ordenalfabetix rezaba en silencio a Aristoteles para que no les descubriesen. Dejaron libre de ataduras al guardia y... salieron. La fortuna quiso que su plan saliese bien... o casi. A la vuelta de la primera calle, les estaba esperando Gabriel. Tras una mirada fulminante del galo, el masajista ayudo a Ordenalfabetix a cargar a Lisyus hasta las termas.
¿Habria salidido todo bien? ¿Les habia visto alguien? Quiera Aristoteles que no