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[RP] El mercado de Zaragoza

Mayvic


Mayvic volvía a recorrer el mercado, por si habían llegado ya las pieles que había encargado... Sin éxito. No había nada de nada...

Mayvic suspiró con paciencia: -Espero que a Kroke no le corran prisa sus botas, porque aún se van a retrasar un poco más...

Dejó atrás la parte de las pieles y, antes de marcharse, aprovechó para comprar algo de pescado fresco que había llegado a primera hora de la mañana. Y siguió muy contenta hacia su trabajo, no fuera a llegar tarde: ¡menos mal que encargos no le faltaban!
Kroke


A última hora pasó Kroke a dejar sus brillantes y recien forjados cuchillos. El mercado de animales seguía estando delicado pero aún así no perdía la esperanza de que alguien los necesitara en el transcurso del día.

- ¡Hermosos y flamantes cuchillos! - gritaba a pleno pulmón tratando de vender la mercancia - ¡bien afilados y fáciles de manejar! ¡para evitar que la bestia salga corriendo a mitad del degüello! -

Su mercancia resultaba difícil de vender, no era comida y eso limitaba bastante la venta.

- Si es cliente habitual, le ofrezco un afilado gratis -


- ¡Anímese y adquiera sus cuchillos de la marca IronKroke, la mejor forja de Zaragoza! -


- ¡y recuerde! Si precisa de espada, hacha o cualquier otro instrumento relacionado con el metal, no dude en hablar conmigo, que gustosa ayudaré a conseguir lo que necesita. También puedo construir inventos o joyas si vienen acompañados de buenas instrucciones, aunque siempre pondré algo de mi propia imaginación -

No desesperaba mientras cantaba sus mercancias recordando las largas parrafadas que los comerciantes pregonaban cuando de chica asistía a las ferias con sus padres

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Mayvic


Mayvic paseaba de nuevo por el mercado en busca de materiales que le hacían falta. Hacía varios días que no se detenía tanto como ése, ya que se había dedicado exclusivamente a ir por la comida cuando la había necesitado y volver sin detenerse.

Pero ese día había vuelto a abrir la sastrería... Y seguía sin pieles. Paseó por los puestos y tenderetes con la vana esperanza de que hubieran traido algunas... Pero no había manera: estaban completamente desabastecidos de ellas, excepto la producción particular, y por lo que había hablado en el Ayuntamiento, no había muchas posibilidades de conseguirlas.

Mayvic tomó en ese momento la determinación de sacarse las castañas del fuego... ¡Y qué remedio! Algo tendría que hacer, ¡no podía dejar a sus clientes morirse de la impaciencia!
Mayvic


La joven sastre había madrugado aquella mañana para poder pasear tranquilamente por el mercado, ahora que le habían avisado que por fin encontraría los materiales que tanto tiempo llevaba buscando.

Dentro de poco, cuando sus ovejas estuvieran listas, no tendría los problemas que venían resintiendo la diligencia en su negocio, pero por el momento, buscó unas pieles para varios encargos que debía cumplir. Una vez las hubo comprado con los escasos escudos que tenía, y camino ya de la sastrería, pasó por delante de los puestos de alimentos y su estómago crujió, resintiéndose ante tan ricos manjares.

Mayvic ni siquiera se entretuvo en comprobar su monedero. Sabía que tenía que ahorrar para al menos llevar una vida suficiente... Ese día le tocaba conformarse con unos tristes granos de maíz que le darían fuerza para aguantar hasta el día siguiente, sin ni siquiera saciarse... O eso esperaba... "Menos mal que aún soy joven y fuerte y puedo aguantar las crudezas de una guerra", pensó, con la mente en aquellos que estarían sufriendo aún más que ella...
Kroke


Entre los diferentes preparativos que tenían continuamente ocupada, Kroke debía encontrar unos zapatos adecuados para ese día. Recordó que había visto unos bastante ajustados a la idea que ella tenía en mente en uno de los puestos que solían frecuentar el mercado de Zaragoza. Ansiosa se dirigió buscando la muchacha cuyo rostro podría reconocer.

En la esquina donde solía estar el puesto pudo Kroke encontrar a la joven muchacha guardando la mercancía, esperando que alguno de los habitantes de Zaragoza decidiera comprar alguna de las múltiples cosas que allí vendían. Eran tiempos difíciles, nadie podía darse el lujo de preocuparse por menesteres que no fuesen la comida y la defensa, pero Kroke inconsciente en su felicidad no pretendía dejar pasar ningún detalle y quería hacer de ese día uno de los mas importantes, un día que le hubiera gustado disfrutar con sus padres y sus queridos hermanos.

- ¡Buenas! - se dirigió Kroke a la joven muchacha - estaba buscando unos zapatos adecuados para un día importante. No hace mucho ví que disponían de unos que me llamaron mucho la atención ¿sería posible que aún tuvieran algo semejante?-

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--Pilarica


Pilarica ante la pregunta de la rubia recordó que siempre solían traer algunas muestras de zapatos de alta calidad y que nunca solían venderse por su elevado precio. Rebuscó entre la mercancia y encontró el calzado que recordaba, deseando que la joven de moño encrespado se refiriera a esos.

- De momento señorita sólo disponemos de estos que puede vuesa merced observar, espero que sean de su agrado y tamaño -

Mostraba la joven en sus manos el par que había encontrado, de material elegante y color blanco suave
Kroke


Los ojos de la joven se iluminaron de felicidad al saber que algo más podría dar por concluido.

- Si - contestó rotunda Kroke al observar el calzado con el que había soñado - son exactamente esos los que yo deseaba -

Tomó el par en sus manos, se los probó con tan buena suerte que se ajustaban perfectamente a sus grandes y curtidos pies, curtidos por tantos años andando sin calzado y obligados a adaptarse a las acrobacias que aprendió con sus padres.

Acercó la mano a su bolsa, sacó los escudos requeridos y se alejó satisfecha con el paquete bajo el brazo

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--Pilarica


- Encantada de que haya encontrado lo que buscaba - contestó presurosa Pilarica contenta por recibir en el día el contante equivalente a una semana de venta - Deseo que ese día importante cumpla sus expectativas -

Pilarica vió como la rubia se alejaba satisfecha y no pudo evitar sentir cierta envidia al pensar que era la boda de esa joven lo que se celebraría en ese día importante

- Algún día llegará tu día - pensó mientras lanzó un profundo suspiro
Mayvic


Mayvic madrugó especialmente esa mañana, la anterior al esperado enlace de sus amigos Kroke y Bys, para acercarse al mercado a por unas cosas importantes que aún le faltaban. Recorrió los puestos en busca de uno de sus favoritos...: el de las esencias de flores, o perfumes. Kroke le había pedido una en concreto para el señalado día, y ella había accedido gustosa a regalárselo.

-Buenos días, ¿podría darme un frasco de esencia de azahar, por favor? -pidió amablemente en cuanto llegó, ya que no había nadie más. La encargada, una señora algo madura ya, fue a buscarlo con una sonrisa en los labios y volvió con el pequeño frasquito {http://www.mercadolibre.com.ar/jm/img?s=MLA&f=92036105_236.jpg&v=E} de vidrio, alargado y con una elegante silueta y escasas gotas del perfume en su interior, ya que era un producto reservado para ocasiones especiales... Como esta.

La joven le dio el dinero que le pedía y salió con el detalle cuidadosamente envuelto y sujeto, no se le fuera a caer y romper. Luego se dirigió a otro de sus puestos favoritos, aquel que contenía todos los materiales necesarios para la escritura: tinta y tinteros, plumas, pergaminos...

-¡Buenos días! Hoy vengo buscando pluma, tinta y pergamino, pero quiero que sean un poco especial, porque la ocasión lo merece... -especificó, con alegría. El hombre, al que ya casi podía considerar su amigo, que dirigía aquella tiendecita, comenzó a remover algunos pergaminos en primer luegar, hasta que pareció dar con el que buscaba y lo puso encima del mostrador para que la joven lo apreciara{http://1.bp.blogspot.com/_wCVSGxfIj78/S5kfwlB7spI/AAAAAAAAAEk/Ml9lFI4sR3I/s400/pergamino.png}: Mayvic se quedó sin palabras, encantada con el modelo, pero al poco ya volvió el señor con una pluma y un tintero también muy bonitos {http://img172.imageshack.us/img172/266/inkwellaj0.jpg}: seguro que estarían a la altura de las circunstancias...

-Es justo lo que buscaba -le anunció, con una sonrisa satisfecha.

-Pues por ser tú, te lo voy a dejar a algo menos de su precio -le señaló el anciano, sonriendo a su vez ante la alegría de la joven.

-¡Oh! Muchísimas gracias -respondió la joven, pegando pequeños botes de felicidad. Esperó a que se lo envolviera todo cuidadosamente y le dio el importe que le pedía. Luego salió despidiéndose del tendero y continuó su camino: tal vez aprovechara para comprar algo de carne para esos días. Últimamente era un gusto pasearse por el mercado, ya que había muchísima variedad de productos, especialmente en lo que a alimentos se refiere... Y bastante bien los precios...

La joven suspiró, lamentando no poderse quedar más tiempo paseando entre los puestos del mercado, que le encantaba, ya que debía volver a sus quehaceres: ese día y el siguiente iban a ser muy largos y no podía perder ni un minuto. Volvió de nuevo a su casa a dejar las comprar y fue a su campito: hoy le tocaba sacrificar a una ovejita y aún no había decidido si pondría un anuncio en el ayuntamiento... Verdaderamente, ella no tenía estómago para sacrificarla...
--Galiardos


Greñosos, sucios y con el estómago sonando a cada paso que daban, llegaron a Zaragoza un grupo de los que pocos se veían. Los rumores de que la capital estaba llena de gentes, soldados en su gran mayoría, y la celebración de una boda los atrajeron hacia la gran ciudad pensando que tal vez sería una buena oportunidad para ganarse unas monedas. Se acercaron al mercado donde se reunían grandes cantidades de personas y comenzaron a tocar .
--Galiardos


- ¡Ves! ya te dije que con eso no atraeríamos a nadie. Ni una mísera moneda nos cayó -

- Bueno, pensé que siendo esto la capital estarían deseosos de cosas mas elevadas, acepté tocar algo mas animado que las cantigas, eran mi primera opción y bien lo sabéis -

- ¡cantigas! ¡cantigas! ¿tú estas loco? con eso ni verduras podridas nos tirarían, le sacarían mas provecho echandoselas a las bestias -

- ¡Probemos con Cabrin Cabrate !, a ver si se nos animan -
--Galiardos


- Otro día que no comemos, como sigamos así mas delgados que nuestros instrumentos nos quedaremos -

- ¡Lo tengo! , ¡tratemos algo de actualidad! y con esto esperemos que un trago de vino nos caiga -

Arcipreste wrote:

Las ranas que demandaban un rey

Las ranas en un lago cantaban et jugaban,
cosa non las nucía, bien solteras andaban,
creyeron al diablo que de mal se pagaban,
pidieron Rey a Don Júpiter, mucho gelo rogaban.

Envióles Don Júpiter una viga de lagar,
la mayor quel pudo, cayó en ese lugar:
el grand golpe del fuste fizo las ranas callar,
mas vieron que no era Rey para las castigar.

Suben sobre la viga cuantas podían subir,
digeron: non es este Rey para lo nos servir:
pidieron Rey a Don Júpiter como lo solían pedir,
Don Júpiter con saña hóbolas de oír.

Envióles por su Rey cigueña mansillera,
cercaba todo el lago, ansí fas la ribera,
andando pico abierta como era venternera
de dos en dos las ranas comía bien ligera.

Querellando a Don Júpiter, dieron voces las ranas:
señor, señor, acórrenos, tú que matas et sanas,
el Rey que tú nos diste por nuestras voces vanas
danos muy malas tardes et peores mañanas.

Su vientre nos sotierra, su pico nos estraga,
de dos en dos nos come, nos abarca et nos traga:
señor, tú nos defiende, señor, tú ya nos paga,
danos la tu ayuda, tira de nos tu plaga.

Respondióles Don Júpiter: tened lo que pedistes
el Rey tan demandado por cuantas voces distes:
vengué vuestra locura, ca en poco tuvistes
ser libres et sin premia: reñid, pues lo quisistes.

Quien tiene lo quel' cumple, con ello sea pagado,
quien puede ser suyo, non sea enagenado,
el que non toviere premia non quiera ser premiado,
libertad e soltura non es por oro comprado.
Mayvic


Mayvic paseaba aquella mañana por el mercado, como solía, para comprar algunos alimentos que le faltaban, a pesar de las necesidades por las que pasaba su delicada faltriquera, cuando encontró en la plaza a unos juglares que intentaban amenizar a los vecinos, con escaso éxito económico. La joven negó con la cabeza apenada:

-Disculpen, caballeros, pero corremos graves tiempos de crisis y la gente no tiene casi ni para comer. Y mucho menos para divertirse -les dijo, acercándose a ellos tras acabar su actuación, que ese día había consistido en la recitación de una graciosa historieta.

Al menos, la sonrisa se advertía en los rostros de la gente, tan faltas de alegrías en los tiempos que corrían.
-Pero les agradezco que hayan decidido venir a amenizarnos y continuar con perseverancia, a pesar de no estar obteniendo resultados... El hambre que sufren es fiel reflejo de nuestra situación, señores... -les dijo, con una sonrisa amable y delicada -. Si yo misma pudiera, les daría algo, pero me temo que no me va a ser posible, apenas me queda hoy para un mendruguito de pan... Pero insisto en darle las gracias por su interés e insistencia en alegrarnos un poco...
--Galiardos


Se volvieron todos hacia la bella dama que les había dirigido la palabra y en un segundo la rodearon y saetearon a halagos.

- saludos hermosa dama -

- Preciosa maña la que mis ojos adoran que un ángel pudiese decir que sois -
- Mas por su figura no pareciese que hambre padeciese -
- Y por tu osadia compadre no pudiese decir que un caballero seais -
- Nos habláis de malos tiempos -
- Sin embargo, malos dejaron de ser en cuanto os vimos -
- Aunque mejores podrían ser si con algunas monedas lo acompañáramos -
- Pero mejor estar vivo que ni de pan, ni de vino y ni de música disfrutar pudieramos-
- Y como de eso tratase -
- Y no de cualquieres otras cosas -
- Dejadnos que festejemos con una serranilla -
- Las palabras que vos nos dirigiera -

Acompañados por ritmos suaves recitaron una de su repertorio

Íñigo López de Mendoza wrote:

Moza tan fermosa
non ví en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la ví tan graciosa
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.
Mas dixe:--«Donosa
(por saber quién era),
¿aquella es la vaquera
de la Finojosa?...»

Bien como riendo,
dixo: --«Bien vengades;
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa.»
Piluso


Pilu en su recorrida por el mercado, se encuentra a un extraño que con carisma recita delante de los vecinos de la ciudad capital, antes de acercarse al caballero averigua su nombre, Galiardos se llama el artista, le dice el hijo del vendedor de pescado, sin dudarlo entonces espera que termine uno de los relatos y se acerca al hombre... Muchas gracias por esta demostración de talento, dice el alcalde mientras le estrecha su mano, sabe, por suerte aquí en la ciudad contamos con El Palecete Zaragozano de Cultura y Arte, y le invito cordialmente a que concurra y nos deleite con su arte y de paso a modo de agradecimiento podemos compartir un ágape por la visita , que le parece?, Pilu espero la respuesta del caballero..
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