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Enlace entre Lulu Bathory y Javikeko Murino i Valmaseda

Colombina


Él carraspeó cuando el silencio llenaba cada rincón del templo, denso, como si pudiera cortarse, aunque a ella le pareció escuchar un estornudo y el tintineo de unas monedas casi al unísono, pero como en segundo plano. Giró la cabeza a derecha e izquierda y emblanqueció al sentir todas las miradas fijas en ellos, bueno a decir verdad, se repartían entre él y su sombrero, como si hubiéramos salido de otra época.

Los balbuceos del heraldo no ayudaban a desenmarañar la situación y la veneciana ya no sabía a quien mas saludar con leves inclinaciones de cabeza y media sonrisa, mientras que apenas audible, amenazaba con mil torturas a su acompañante, que lejos de sentirse avergonzado por haber robado el centro de atención a los novios, se hallaba presentándose a la rubia de la entrada como si no fuera con él la cosa.


En ese momento sintió un sonido metálico y vio como una moneda terminaba a sus pies su recorrido caótico. Colombina se agachó como un rayo para apresarla y aprovechó la posición oculta tras los bancos para mantenerse al menos unos segundos fuera de aquella escena. Reconoció a la mora con la que había coincidido apenas arribada a Castilla, que le hacía señas desde delante con la mano, y le esbozó una sonrisa como pudo, mientras se escabullía a gatas hasta llegar al muro del fondo.


Abrió la mano y observó la moneda. Tenía un brillo especial y se preguntaba quien la habría dejado rodar, quien en medio de una ceremonia se dedicaba a contar sus monedas. (*) Extendió el brazo y la hizo girar lentamente, delante de una de las antorchas que iluminaba el lúgubre pasillo.

Definitivamente, las bodas no eran lo suyo.

(*) Colombina es italiana, veneciana en concreto y pagana. Lo de las arras no lo conoce, por eso no sabe de donde ha salido la moneda.

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Brynhildr


Ahí estaba la rubia, de rodillas tras uno de los bancos, riéndose por lo bajo de la desgracia ajena como la pécora que era y disfrutando del espectáculo de lanzamiento de cofia, que por suerte había devuelto la atención de muchos de los asistentes al presbiterio. Como se nota que la Bathory tiene mundo, pensaba, ha preparado boda con espectáculo, exhibición deportiva...ah ¡cuánto me queda por aprender!. Suspiraba con medio cuerpo bajo el banco, alargando el brazo hacia lo que parecía ser una de las dichosas moneditas, aunque no tenía ni idea de a donde habría ido a parar la otra.

- ¡Ajá! - con gesto triunfal y aún más desgreñada de lo habitual emergió de las oscuras profundidades. Estaba a punto de alzar la moneda y brindársela a su hermana en un ademán victorioso cuando su mirada se encontró con la del rubio caballero poseedor de aquel fantabuloso sombrero, que la miraba con gesto entre dubitativo y curioso. Deseando fervorosamente que no hubiera descubierto su pequeño accidente, trató de poner su mirada más candorosa y le dedicó una de esas sonrisas de "sea lo que sea ya estaba así cuando llegué", que por otra parte se parecía mucho a la de "cuarenta y cinco grados a siniestra, gato susceptible de ser arrojado por el torreón".

Con una cortés inclinación de cabeza, el rubio, al que se veía más suelto en aquello de la urbanidad, le susurró:

- ¿Venís de parte de la novia o del novio?

- Ehhm...yo... soy la de los anillos - repuso como si eso fuera algún tipo de respuesta aceptable.

Se inclinó hacia la dama de la hermosa y verde mirada, sonriéndole sin saber muy bien como justificar su presencia detrás de ellos y deseando que se la tragara la tierra.

El educado gesto del caballero buscando su mano, hizo que sus mejillas se arrebolaran al ser consciente de su completa inutilidad para aquello del decoro, la urbanidad y las buenas maneras. Le tendió la mano mientras le dedicaba una torpe reverencia.

- Mi nombre es Hernando de Osuna - susurraba de nuevo el caballero - Vengo desde Valladolid, en Castilla...

Ohhh Castilla... la simple mención de ese nombre evocaba tantos pensamientos en ella... bueno, tantos no, sólo las ganas que tenía de emprender un buen viaje.

- Un placer conoceros - murmuró reverencieándole de nuevo - Brynhildr Von Rosenrot i Rubiá, para serviros... Yo vengo desde Olocau, bueno, desde Segorbe... o desde Tarragona, aunque en realidad nací en Würzburg... es que soy bastarda ¿sabéis? - añadió en uno de sus bucles de parloteo nervioso incoherente e indiscreto - aunque sobre todo vengo de Olocau, que está ahí... al lado... y... - con todo el disimulo del que era capaz, toqueteaba las plumas a fin de liberarlas de toda materia viscosa, para a continuación limpiarse en la pelliza de la otrora portadora de la horrorenda cofia - ...y... casi que voy a volver a ocupar mi lugar antes de que la novia me asesine... - Lo cual, por otra parte, podría haber sucedido hacía tres o cuatro instantes si las miradas matasen.

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Lulu_bathory


Seguía agarrada a la mano de su prometido, al que dedicaba leves sonrisas cada vez que se encontraba con su mirada, tan perpleja como la suya. De hito en hito, miraba hacia atrás sin perder detalle de cuanto acontecía.

Un vistazo, y ubicó a la rubia de los anillos, que continuaba haciéndole algo a las plumas del caballero trás la cofia.

Otra rápida ojeada y la misma cofia llegaba con sus enormes lazadas al presbiterio, despedida aparentemente por accidente por un estornudo del rector, aunque conociendo al erudito, aquello no había sido fortuito. Todo aderazado por la risa de algunos de los presentes, que ya no lograban reirse sin emitir sonido.

De nuevo mirando hacia atrás y el hombre sabio de la Universidad valenciana, se dirigía ahora hacia el supuesto indiscreto que, a su vez hablaba con la menor de las Rubiá y por fín dejaba ver su rostro ante la ausencia de tocado en la cabeza de la señora.


- Pues no conozco al rubio. ¿Otro que se ha colado? - Cavilaba.

La Rubiá de las alianzas, seguía allí, como el que está de compras en el mercado, de cháchara y la de las arras, había vuelto a su sitio, con cara de "La gente no sabe comportarse".

Y en el último repaso, la hermosa dama que instantes antes permanecía sentada junto al del sombrero, salía por el lateral del banco, también a gatas, hacia el muro del fondo.

La Bathory ya no sabía si llorar, reir o simplemente darse la vuelta del todo y disfrutar del espectáculo.
Afonso_castro
Mientras andaba de nuevo hacia su sitio, algo hizo detener al erudito. Había pisado algo duro. Miró hacia abajo y vio una especie de moneda. Giró la cabeza en ambos lados para ver si alguien lo miraba, y al ver que no era así se avalanzó con gula hacia el suelo mientras decía. Mi tesooooooroooooo. Al darse cuenta que era la arra que parecía haber perdido la rubia Rubià, la recogió, y se dirigió de nuevo hacia ella. Al ver que estaba de cháchara con otra persona, ni corto ni perezoso interrumpió la conversación. ¿Bonita taberna esta verdad? nunca había visto una con angeles y un cura como dueño, parece que la era moderna ya nos llega a pasos raudos. Perdone Man.... digo.... este.... señora. Le cambio esto por una jarra de cerveza. Dijo al tiempo que alargaba la mano enseñándole la arra.
Brynhildr


- ...Perdone Man.... digo.... este.... señora... - se giró con una mirada feroz y sanguinaria en sus dulcisisismos ojos, detrás de la mirada iba a ir la mano, pero el Rector es el Rector y en el fondo... salía más a cuenta respetarle que espetarle y re espetarle, de eso estaba convencida - Le cambio esto por una jarra de cerveza..

La Rosenrot extendió la mano con un poco de miedo, las cosas como son, para llevarse la sorpresa de encontrarse con la dichosa arra faltante. En un alarde de protocolo, estrujó al viejo erudito, reconociendo en él aquel olor familiar que tanto le recordaba a los primeros tiempos de su noviazgo con el rubio - Acabáis de salvarme la vida, Castro, la primera botella que logre escamotear de las bodegas de Mallister será para vos.

Bueno, se decía de camino a su lugar, todo está en su sitio... las arras recuperadas, los novios agarraditos, los anillos... - ¿los anillos? - exclamó palpándose.

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Afonso_castro
El erudito se quedó atonito cuando la Rubiá se avalanzó sobre él con un abrazo, notando bultos femeninos en su maltrecho cuerpo. Dominguín volvió a dar señales de vida, menuda racha llevaba el pobre. Hasta que de pronto la dama emitió unas palabras. Bueno... todo está en su sitio, dijo. El de Castro miró hacia abajo, volvió a mirar hacia arriba y respondió. No, todo no está en su sitio, pero tranquila que dentro de poco haré que vuelva a donde debe estar.
Moldot


En la Capilla se hizo el silencio durante un mínimo instante hasta que la gente se empezó a poner nerviosa y se oían murmullos, monedas rodando por el suelo, mil historias... el Corleone entonces dijo:

-¡ Hijos míos !

Este día es bendecido por Dios. Puedan sus vidas ser virtuosas, conformes al mensaje divino transmitido por el profeta Aristóteles y por Christo, nuestro mesías.

Ahora, por los poderes que me son conferidos por la Santa Iglesia Aristotélica, os hago marido y mujer. Pueda vuestro amor quedar purificado de toda tentación exterior . ¡ Qué Dios le bendiga!

Amen


El Padre Moldot se acercó a la pareja, ya casada, y les dijo:
-Tomad este Certificado de Matrimonio, es vuestro. Guardadlo con amor durante toda vuestra vida.-dijo el Vicario alegre por verles al fin casados.
Brynhildr


Con un suspiro de alivio que probablemte se había oído hasta en Gátova, metió discretamente la mano en su escote al notar el bulto del cojincillo que portaba los anillos. Por algún motivo, últimamente andaba más dispersa de lo habitual.

Sonrió junto a los contrayentes al oir como Moldot los declaraba marido y mujer mientras sostenía el cojín de los anillos a su alcance ¿Sería posible que fuese a acabar llorando? Llevaba varios días con las emociones a flor de piel y ver a dos amigos unir sus vidas bajo la bendición del Altísimo...

- Ambos sóis muy afortunados por teneros - musitó emocionada sin poder evitarlo, mientras bizqueaba en un intento por frenar la lágrima que estaba a punto de rodar por su mejilla.

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Tiana


Y Tiana lloraba y lloraba sin consuelo alguno

Buahhhhhh!!! Buaaaaahhhhhhhhh!!!!

tenía el alma rota de pena. Se sentía total y absolutamente triste y desamparada.. Qué cosa tan horrible.. LA HABIAN REÑIDO!! Esoe s que ya no la querían! Seguro. Intentarían deshacerse de ella tirándola al río en un viejo saco de cebollas maloliente. Para que no se convirtiera en otra carga como ismot...

Madre intentaba calmarla pero no había consuelo en el mundo para tanto disgusto...

Buaaaahhhhhhhh!!!!

La Iglesia se llenó de aplausos y felicitaciones y vítores a los contrayentes. Y Tiana, asustada por tanto jaleo.. Gritaba, pataleaba y lloraba desgarradoramente entre hipidos y suspiros...

Buaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!


De repente sus ojitos se detuvieron en las plumas de un extraño sombrero. Un señor llevaba un pájaro en el gorro? Todavía hipando y resoplando del esfuerzo, con las babas y los moquitos mojándole la carita, la niña estiró sus bracitos sin perder de vista el sombrero-pájaro. Eso tenía que tocarlo. Y llevárselo a la boca si podía.

A qué sabría un sombrero-pájaro?...

Kayn.


Kayn llego algo tarde pero el viaje habia sido largo y los asuntos del gobierno aragones le requerian, se acerco a los novios, la novia, una vieja amiga de sus andaduras por cataluña, al novio no lo conocia personalmente pero lo saludo de inmediato.

-FElicidades JAvikeko ! espero que cuide bien de esta hermosa dama. Encantado mi nombre es Kayn de Urrea.- Dijo Kayn presentandose.
Se acerco a Lulu a la que hace tiempo que no veia pero que en las ultimas semanas se habian enviado algunas misivas.
-Como estas? FElicidades!!- Dando un abrazo a la novia que estaba radiante.
-Espero que seas muy feliz con este hombreton-dijo riendose.

-De verdad me alegro mucho pero tengo que marchar presto, pues asuntos importantes me requieren. Mis disculpas.



siento no presentarme mucho tiempo pero por falta de tiempo no he podido estar mas en la boda, un saludo!
Afonso_castro
Al terminar de hablar con la Rubiá, el erudito, en ves de ir hacia su sitio de nuevo, le vino al olfato un dulce olor que reconocía muy bien, venía de la mesa de detrás del altar. Y aunque a simple vista no se veía nada raro, sus sentidos nunca le habían engañado. Mientras la gente empezaba a ir a felicitar a los novios, el rector se escabuyó sin ser detectado hasta llegar detrás de la mesa. Escondido, buscó por el suelo, y en efecto, una copa dorada estaba escondida allí, llena llenita de vino. Mmmm que cura mas picarón, ha de estar riquísimo, iba pensando mientras cogía la copa. Al ir a darle un sorbo, escuchó a uno de los presentes decir, FElicidades JAvikeko ! espero que cuide bien de esta hermosa dama. El rector, todo contento por haber conseguido al fin algo de alcohol, pues el mono ya empezaba a hacerle temblar demasiado las piernas, salió repentinamente con la copa en alto y dijo con una voz fuerte para que lo escucharan todos los presentes. Que la cuide!! que la cuide!! que la cuide!! venga chicos, todos conmigo. Que la cuide!! que la cuide!! seguía diciendo mientras se acercaba la copa al gaznate mirando con una sonrisa malévola al padre, diciéndole con la mirada que ese vino no lo rascaría, al menos el de esa copa.
Javikeko


Seguía agarrado de la mano de su prometida, rezando al Altísimo, esperando escuchar las últimas palabras de Moldot, miraba a la Bathory, miraba al Altísimo y volvía a mirar a Moldot.

En eso Moldot pronunció las palabras:

-¡ Hijos míos !

Este día es bendecido por Dios. Puedan sus vidas ser virtuosas, conformes al mensaje divino transmitido por el profeta Aristóteles y por Christo, nuestro mesías.

Ahora, por los poderes que me son conferidos por la Santa Iglesia Aristotélica, os hago marido y mujer. Pueda vuestro amor quedar purificado de toda tentación exterior. ¡ Qué Dios le bendiga!

Amen


Un rayo de luz apareció por la mente del Murino. Moldot se acercó a la pareja y a la vez que les entregaba el certificado dijo:

-Tomad este Certificado de Matrimonio, es vuestro. Guardadlo con amor durante toda vuestra vida.-

Esperó a que llegasen las Rubias, que por cierto iban divinas de la muerte, para darles las Arras y las Alianzas:



Cri llegaba corriendo y casi vuelve a perder las Arras, pero llego al lado de la pareja, mientras Bry cerca de ellos dijo: - Ambos sóis muy afortunados por teneros – Keko mirándola sonrió.

Después de pasarse las Arras, Javikeko tomó la mano de Lulu y la puso la alianza en el dedo, lentamente acariciándolo a la vez que lo ponía y susurrando en su oído: -que ganas de llevarte al alcornoque, preparate despues del banquete- mientras con una sonrisa picara le guiñaba un ojo. Luego Lulu hizo lo mismo con Javikeko, el sentía el tacto de ella.

Por fin había terminado la ceremonia, él se giró hacia Lulu, la tomó de la otra mano, la miró con dulzura y sin dejar de mirarla se fue acercando lentamente a ella, hasta al fin poder darle ese beso tan esperado, el beso que confirmaba que al fin, eran Marido y Mujer, el beso que les daría esa felicidad eterna, que tanto habían esperado.

En ese momento una voz rompia el silencio:

-FElicidades JAvikeko ! espero que cuide bien de esta hermosa dama. Encantado mi nombre es Kayn de Urrea.- los ojos como platos y mirándole se quedo el Murino y prosiguió:

-Como estas? FElicidades!!- Abrazo a Lulu -Espero que seas muy feliz con este hombretón- y terminando -De verdad me alegro mucho pero tengo que marchar presto, pues asuntos importantes me requieren. Mis disculpas.

Javikeko seguía asombrado y le contesto: - Muchísimas gracias Caballero, eso seguro, la cuidare mas que a mi propia vida – y una sonrisa de felicidad, lleno el rostro de Keko, hasta que escucho otra:

-Que la cuide!! que la cuide!! que la cuide!! venga chicos, todos conmigo. Que la cuide!! que la cuide!!- mirándole le respondió, si eso le decía aquí al Caballero. Keko quedo un instante perplejo pero miró a su esposa y volvió a darle otro beso.
Lulu_bathory


Un bebé lloraba con toda la potencia de la que eran capaces su pequeños pulmones cuando por fín eran declarados marido y mujer. Por increíble que parezca, las damas de honor llegaron a tiempo al altar; Crimea con las arras, que Lulu esperaba hubieran encontrado todas y Brynhildr con los anillos, que no habían desaparecido como auguró el peor presentimiento de la Bathory.

Javikeko deslizó el anillo en su dedo con una caricia y ella correspondió de la misma forma después de sonreir a la menor de las Rubiá por su bello comentario.


- ¿Alcornoque? En el castillo de Bétera hay recovecos inexplorados cielo. - Respondió a su ya esposo y le devolvió el guiño.

Y para no variar, justamente cuando ambos sellaban su unión con el beso más deseado de sus vidas; una nueva interupción... Felicitaciones a ambos y hasta un efusivo abrazo para ella de quien reconoció como Kayn de Urrea, viejo amigo aragonés al que hacía una eternidad no veía. Su permanencia alli fue tan fugaz como su irrupción en el templo.


- ¡Gracias Kayn! ¡Me alegro de veros! - Fue lo único que atinó a decirle tras superar la sorpresa del momento, mientras le veía alejarse.

Decidió que el ósculo inconcluso debía ser mejorado cuando unos gritos con mucho ritmo, la dejaron a medio camino. Nada más escuchar el primero supo que era el rector, lo que se preguntaba era qué hacía el erudito tan cerca del altar y bebiendo de un cáliz dorado. Y entonces, al son de sus extraños cantares, pudo por fín, obsequiar al perplejo Javikeko, con el beso más intenso de toda su historia juntos.
Mazi


Los novios ya se habían puesto los anillos, lo que les convertía en marido y mujer. Mazi les miraba sonriendo, alegre de ver como su amiga Lulu era por fin todo lo feliz que se merecía.

Agarró a su prometido del brazo y lo miró sonriéndole. Asra la miró, le sonrió y acarició su mano.


Tienes razón, Lulu está preciosa, ¡y con esa felicidad parece el doble de guapa si cabe! Vamos, vayamos a felicitarles...[/b]

[b]¿Y si esperamos al convite? que aquí la gente va a salir pitando y seguro que cuando lleguemos no queda jamon ni vino
-dijo el de Arcàdia en voz baja mirando a toda la gente que había en el lugar.

Mazi levantó la mirada y echó un vistazo a la cantidad de personas que había en la iglesia. Estaba llena, y ellos se encontraban en la mitad de la iglesia... Miró a Asra torciendo el morro y le dijo:


Igual tienes razón, ahora habrá mucha gente para darles la enhorabuena, se van a agobiar, estarán deseando salir de aquí... Les felicitaremos allí, pero seremos los primeros! no quiero que piensen que solo hemos ido por el jamón y el vino...

Se levantaron sin hacer mucho ruido y salieron de la Iglesia en dirección al banquete...
--_igor




En un rincón, donde nadie podía verle, lloraba desconsoladamente...¡¡¡ se casó la Bathory!!! no habría alcohol en el mundo para su alma desconsolada, cada vez que una hermosa joven se casaba, moría un jorobado cayéndose desde un alto campanario, o eso decían la leyenda... buaaaaaaaaaaa!!!!!! mooooock, mooooooooock, se limpiaba con su pañuelo bordado en Segorbe, maldiciendo al joven que le había robado a la mujer por la que siempre había suspirado.... no habría consuelo aquel día para él...

¿o si? se quedó petrificado fijamente mirando a una hermosa rubia, que no reconocía, le sonaba como la vecina del Vizconde robavacas pero no estaba seguro, repámpanos, qué fermosa hembra... espero no sea casada y se fije en mis encantos, dijo limpiándose el moquillo y colocándose la chepa en su sitio... sin salir aún de su escondite... ya habría tiempo durante el banquete...

Asumida la derrota de perder ala hermosa Lulú, gritó ¡Vivan los noffios!
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